Logramos llegar a tiempo para desayunar y Louis ya está esperando. Menos mal. Él se percata del nuevo traje de mis doncellas, al principio sacude la cabeza y rueda los ojos desconcertado. Se nos queda mirando dubitativo y pensativo, pero al final asiente con aprobación y me dedica una mirada cómplice y llena de diversión. Nos sentamos en nuestros respectivos asientos y Louis a mi lado.
Barnaby actúa tan indiferente que no se percata de la situación, por lo que todavía me puedo permitir relajarme. Llevo ya cuatro días aquí y él ni se ha molestado en conocerme. Durante la comida hago ruidos y movimientos exagerados, esforzándome lo máximo posible para conseguir que detecte el problema. Bostezo, toso, gruño y me coloco de diferentes posturas de mala manera, hasta que en una de ellas hace que pierda el equilibrio y me caiga al suelo estrepitosamente.
—¿Está bien, querida? —me pregunta Louis, guiñándome un ojo socarrón.
Río y asiento ensanchando más la sonrisa, mientras me incorporo y me pongo en pie.
—Lleva toda la comida haciendo muecas y gestos impertinentes, es normal que finalmente el karma se lo haga pagar —masculla Barnaby con arrogancia.
¡¿Cómo es posible que se haya dado cuenta?! Apenas me ha mirado, maldito imbécil.
Lo miro de manera tosca, pero no le respondo. El último ríe mejor. Simplemente me limito ha esperar a que llegue mi turno de jugar. Terminamos la comida y cuando vamos a salir, él se vuelve hacia mis criadas boquiabierto. Sus uniformes son de distintos colores: azul, amarillo, verde y beige, sin olvidar que llevan mandiles también. Trabajarán para mi, pero quiero que destaquen tanto como puedan o más, quiero hacer saber quiénes son mis doncellas.
—¿Alguien me puede explicar por qué visten así? ¿Y qué ha pasado con su cabello? —nos pregunta Barnaby, con el ceño fruncido y rugiendo malhumorado.
Se vuelve a mi y a Louis apretando los puños con rabia ¡Por fin se ha dado cuenta!
—¿Le gusta? Es su nuevo uniforme —contesto airosa.
—¡No! ¡¿Quién les ha dado la orden de ir así?! —grita irritado.
El rostro de Barnaby, se torna rojo del enorme enfado que aumenta por segundos y su pecho se siente agitado, como si le faltara el aire. Mis doncellas se miran asustadas, sin embargo me mantengo con calma porque ahora estoy en mi zona de confort, acostumbrada a sacar de las casillas a alguien, con hacer un gesto tan simple como el que hice con mis criadas.
—Yo —respondo de manera hostil.
Retiro mis brazos hacia atrás y por mi espalda, entrelazo mis manos y me encojo de hombros con naturalidad.
—Tú... —gruñe con voz ronca, pero respira hondo queriendo tomar control en el asunto — ¿Quién te crees que eres para hacer lo que te plazca?
—La futura señora de la casa —respondo con seguridad en mí misma y clavando mis ojos en los suyos.
Sigue llevando esa máscara que cubre su boca y esos guantes que tapan sus manos. No se deshace de ellos para nada. Me di cuenta de eso desde el primer día en el palacio. Él choca su mano en la frente riendo con malas intenciones, luego se vuelve hacia mi. Su cabello negro es corto y sus ojos son oscuros como la noche. Juraría que tiene cierto parecido con Louis, pero la forma de su pelo y su carácter lo diferencian de él. Son totalmente distintos.
—Todavía no lo eres, querida. Así que deberás obedecer como el resto del personal —espeta crispado, volviendo a reír con frialdad.
—No.
Mi respuesta es rotunda y alzo la cabeza con orgullo. Él rueda los ojos hastiado y acerca su rostro al mío, cerrando el espacio que nos separa y apoyando su frente con la mía. Nuestros alientos se mezclan y un escalofrío congela mis huesos. Al tenerlo tan de cerca siento que pierdo los estribos, esa actitud tan intimidatoria y autoritaria que tiene me desconcierta, pero aquella noche en su habitación y junto a la joven fallecida, era otro, era un hombre desolado y desesperado que estaba perdido. No sé qué pasó, y aunque nadie me haya dado aún respuestas de ese incidente, las buscaré por mi cuenta. Y lo más importante, ¿Por qué cubre esas partes de su anatomía? ¿Qué esconde? No creo que lo haga por moda.
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MENTIRAS EN LA REALEZA (TERMINADA)
ParanormalneBarnaby está embrujado. En su adolescencia era un hombre arrogante y codicioso, todo lo que quería debía ser suyo. Aún así, muchas mujeres deseaban ser suyas aunque sólo fuera por una noche. Una vez hizo daño a la hija de una bruja, que lo pilló con...