Capítulo 22.

152 25 2
                                    

Todos se dirigen a sus aposentos tras un ardúo día de trabajo. Mis doncellas me bañan y me preparan para la cena. De camino al salón, escucho unos susurros provenientes de una habitación cercana, las voces son de Callie y... Daniel. Con el corazón latiéndome con fuerza, me acerco con sigilo a una puerta que está entreabierta. Observo dos siluetas desnudas en una cama y una ténue luz, los delata. No entiendo qué está pasando aquí, esto es demasiado para mi y Barnaby tiene que saberlo.

—¿Qué harás para que Barnaby deje que me quede más tiempo aquí? Estoy entre la espada y la pared —protesta Daniel con un gruñido.

—No te irás si yo no quiero —insiste ella relajada.

—La familia de Cedrina gusta de mi y me quieren casado con ella, no quieren perder más tiempo. Louis se me ha adelantado —farfulla malhumorado.

—Él no hará nada —advierte Callie amenazante.

Daniel ríe gozando al escuchar esas palabras y comienza a besarla con lujúría.

—Esa es mi chica —la halaga sin dejar de besarla.

Con la respiración cortada vuelvo rápido a mi cuarto y llamo a mis primas, que no tardan en aparecer con semblante sombrío y asombradas, por mi actitud tan desesperada y llena de inquietudes. Camino de un lado a otro nerviosa y asustada, hasta que me vuelvo a ellas con un escalofrío en el cuerpo, que me deja inmóvil. Las miro fijamente y estudio sus facciones llenas de maldad pura. No voy a quedarme más quieta, voy a defender lo que me importa.

—Daniel y Callie quieren hacer daño a Louis. Protegerlo todo lo que podáis y también quiero que... —imploro atropelladamente intentando coger aire — Quiero que también seáis la pesadilla de Callie.

Saco diez monedas más, ellas alargan su sonrisa volviéndola más siniestra y desaparecen, dejándome allí sola, de pie y con un mal presentimiento. Cuando logro llegar a la cena, el resto se me quedan estudiando mis facciones al milímetro, cosa que eso me perturba más de lo que ya estoy. Trago saliva y con un nudo en el estómago, me siento en un asiento libre. Me sirven la comida y me ponen vino en el vaso, lo agradezco y le doy un sorbo sudorosa.

Barnaby alza las cejas y ladea la cabeza, niego intentando ocultar mis problemas y él niega con desaprobación. El resto de la cena transcurre tranquila, así que vuelvo a mis aposentos y me acuesto con el miedo en el cuerpo. Entonces, se escuchan un par de gritos que provienen de otra estancia, me levanto de golpe y Callie y Daniel corren alocados, clamando ayuda y despertando a todos los habitantes de palacio. Barnaby me observa con precaución, pues él tiene su habitación frente a la mía. Avanza hacia ellos y trata de hablarles, pero no reaccionan. Están fuera de sí.

Sorpresivamente aparece Zali que ha estado entre las sombras últimamente, y con sólo mirar al rededor sonríe enigmáticamente, murmura unas palabras que no logro entender y estos se detienen, atolondrados y avergonzados. Zali los regaña y manda a Callie con Barnaby a dormir, el resto se dispersa. Aunque Louis antes de irse, se acerca a mi y me da un rápido beso de buenas noches. Sonrío sonrojada y con el corazón más tranquilo, me dejo llevar por el sueño. Louis está a salvo. Gracias primas.

[...]

Durante las siguientes semanas Callie y Daniel han sido un revuelo para palacio. Ha pasado un mes y mi taberna sigue en proceso de construcción, pero está a punto de finalizar y ser acabada. Louis corre de un lado a otro preparando papeles para la boda. Mi familia vuelve y esto va a ser un caos. Con conciencia cojo una capa que me cubra de la brisa, y me dirijo a la ciudad al galope. Esta vez voy sola. En la ciudad me encuentro con una fila de gente, unos soldados se me acercan ceñudos y molestos.

—¿Cedrina Soto Valdés? —me llaman con el nombre de a pila.

Asiento patidifusa por su inesperada intervención.

MENTIRAS EN LA REALEZA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora