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Martina entro a los vestidores de las patinadoras dónde Emilia se encontraba y se acercó a ella.

- Hola....

Emilia se volteo a ver a Martina quien estaba un poco triste, miro su brazo lleno de sangre y Martina de inmediato, le extendió un pañuelo.

- No es nada, estoy bien, solo que es abrumador. Espero que mamá no esté aquí - dijo Emilia limpiando sus lágrimas y con una leve sonrisa

- Ella no está, no a llegado del trabajo ¿Estás tomando el litio cierto? - dijo Martina un poco asustada

- Si, de verdad y el propopanol - dijo Emilia caminando a una banca para sentarse

- Bueno ¿No son esas anfetaminas que el estúpido doctor les recetó cierto? Por qué esa mierda provoca ataques maníacos - dijo Martina enojada

- No estoy maneaca, más bien lo opuesto. El litio me hace sentir como si caminara en el agua - dijo Emilia

- Y ¿Cómo te va con Claudio? - dijo Martina

- Vamos bien pero tú, cuéntame, siento que no te he visto en años - dijo Emilia con una sonrisa

- Vamos bien, el entrenamiento va mejorando cada día más, Mitch me entiende, dice que tengo oportunidad para las nacionales - dijo Martina con una sonrisa emocionada

Martina se quitó la chamarra que tenía puesta dejando ver su espalda descubierta, el cual Emilia noto y se puso incómoda.

-¡Wow! ¿Dónde está el resto del leotardo? Es otra idea de Mitch- dijo Emilia enojada

-¡Basta! Solo es un leotardo, mejor me voy antes de que llegue mamá y se ponga de intenta.... cómo tú - dijo Martina enojada, tomo sus cosas y salio de los vestidores

Keiko entro y miro a Emilia pero camino hasta un baño con unas ganas enormes de vomitar, eso le causaba los malestares de su cadera.

-¿Viste lo que le hace usar? Parece que la quiere desnuda - dijo Emilia recargando su espalda en la pared

- He usado menos Emilia....

-¿Será que la puedes vigilar por mí cuando no esté cerca por favor?.....

- Estás exagerando - dijo Keiko saliendo del baño - Pero lo haré.

Diciendo esto Keiko, se fue con una sonrisa dejando a Emilia tranquila y segura de que su hermana estaría bien.

(...)

Claudio se estaba arreglando para comenzar el entrenamiento aunque era demasiado tarde, Masha entro a los vestidores de hombres y un niño se puso en su camino.

— Es el vestuario de los hombres...

— No me importa — dijo Masha y el niño se fue mientras la miraba mal

— Ojalá fueras así de cariñosa conmigo — dijo Claudio con una risa burlona

— Lo seré el día que dejes de ser un niño. Llegas tarde, no pones de tu parte para que esto funcione, no ayudas a tu compañera y no te ayudas a tí. Pensé que habíamos dejado está conducta a un lado — dijo Masha enojada

— Lo intente con Emilia pero ella no confía en mí y no creo que lo haga — dijo Claudio mostrando un poco de cansancio

— Vístete. Hoy no patinaremos — dijo Masha y salió del vestuario dejando a Claudio confundido.

(...)

Estaban los tres en el carro mientras Masha conducía a un rumbo desconocido, Claudio estaba igual de confundido que Emilia.

Hasta donde tú estés Donde viven las historias. Descúbrelo ahora