15.- Dos por $40

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Claudio y Emilia habían ido a probar sus trajes para la competencia junto a Mandy y Maximiliano; Mandy daba las instrucciones a la que era la costurera.

Los dos salieron con unos trajes azules, demasiado bellos. A Emilia le gustó a la primera pero a Claudio le parecía extravagante.

—¡Wow! Parecen angeles — dijo Mandy al verlos

— Parecemos tributos para los juegos del hambre — dijo Claudio riendo

—¿Qué dices? Son perfectos, me encanta — dijo Emilia sin dejar de mirar su vestuario

—¡Papá! ¿Me ayudas?— dijo Claudio mirando a Max

— Escucha a las chicas hijo, ellas saben más que yo — dijo Max guiñándole el ojo a Mandy

— Veamos — dijo Mandy acercándose a Claudio — Quitaremos los brillos de aquí, apretar las mangas, subir el escote un poco y en cuanto a Emilia....no cambiaré nada, se ve perfecta — dijo

Emilia sonrió y siguió mirando su vestido

—¡Dios Mío! Olvidé la hora. Cariño ¿Trajiste los folletos de bienvenida para la conferencia?— dijo Mandy mirando a Max

—¡Carajo! Los olvide, iría ahora pero tengo una reunión en 20 minutos — dijo Max

— Claudio ¿Podrías ir a traerlos? — dijo Mandy

—¿No hay personal para eso?— dijo Claudio

—¡Claudio!— dijo Emilia regañando a Claudio

— Sí lo hay. Tu eres el personal así que andando — dijo Max enojado

— Está bien, ahora vuelvo — dijo Claudio

— Yo tengo que irme, nos vemos luego — dijo Max, dejo a Mandy y Emilia asolas 

— Te ves perfecta Emi — dijo Mandy sonriendo y abrazando a Emilia

Emilia recargo su cabeza en el hombro de Mandy y es que sentía una paz cuando estaba junto a ella. Alicia entro y miro la escena, se enojo y salió de allí sin decir nada.

—¿Cuánto tengo que pagar?— dijo Emilia

— No es nada Emi, nosotros nos encargamos de todo — dijo Mandy sonriendo

— No, yo quiero pagar la mitad, mi madre cree que no soy capaz de hacerlo y quiero demostrarle que si puedo — dijo Emilia

— Está bien, tu mitad serán $700 — dijo Mandy

—¿Dólares? — dijo Emilia sorprendida

Mandy sonrió y asintió — Está bien, mañana te los daré mañana — dijo Emilia

— Muy bien — dijo Mandy 

(...) 

Una chica nueva llegó a Pinecrest, estaba trabajando en el hostal, en la fundación de Mandy Daves, pedía ayuda y nadie le hacía caso.

Su puesto de iba a caer pero llegó Ulises y la ayudo, se quedaron mirando un par de segundos y acomodaron todo.

—¡Muchas gracias! Les pedía ayuda a toda la gente y nadie me hacía caso — dijo la chica

— No tienen solidaridad con las personas — dijo Ulises riendo

La chica sonrió — Por cierto, soy Antonia — dijo alzando su mano

— Ulises — tomo la mano de Antonia y sonrió — Y ¿Cuánto tienes aquí?—

— Acabo de llegar, necesitaba una fue te de ingresos extra para salir de la CDI, una universidad cerca de aquí — dijo Antonia con una sonrisa

Hasta donde tú estés Donde viven las historias. Descúbrelo ahora