20.- Algo lindo está por comenzar

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Masha y Claudio estaban en las partidas de bingo, como de costumbre, Claudio siempre acompañaba a Masha.

— I-25 — grito la señora de las ruletas

Masha busco en su plantilla ya que su vista no funcionaba del todo, Claudio la ayudo a encontrar el número en su plantilla.

— Ahora que Emilia está saltando de nuevo ¿podríamos inscribirnos a los concursos de práctica antes de las regionales? — dijo Claudio

— De ninguna manera, Emilia se espantaría, es demasiado pronto. Como decimos “Y entonces todo se desmoronara” — dijo Masha firme

— Okey, okey. El día de hoy estuvo increíble — dijo Claudio acompañado de un suspiro

Masha lo miro impresionada y a la vez con una sonrisa enorme en su cara. Claudio ¿Acaso se había enamorado?

— Te gusta — dijo Masha con una sonrisa

—¿Qué? No — respondió Claudio de inmediato

— Dime la verdad

— Está bien, si me gusta pero tú no me juzgues. Te casaste con tu compañero de patinaje — dijo Claudio

— Eso no es lo mismo si, y mantén puestos. Es muy importante mantener las cosas profesionales y no pongas ninguna idea loca de las regionales en tu cabeza, no es tu año — dijo Masha mientras miraba sus cartas

— B-10, B-10

Claudio miro las tarjetas de Masha y comenzó a reír — Creo que acabas de hacer una tira — dijo Claudio

—¡Bingo! Gane — Masha se levantó muy emocionada

— En tu cara Nora — dijo Claudio entredientes riendo

(...)

— Solo caí una vez con el arnés — dijo Emilia tirando de los dardos y una sonrisa

— Lo que es una victoria — dijo Claudio con una sonrisa

— Okey. Lo reconozco, se sintió bien caer con el triple picado — dijo Emilia y tiro un dardo

—¡Wow!

—¿Qué?

— Nada, es que no estaba seguro de que supieras sonreír — respondió Claudio burlándose de Emilia

— Deja de distraerme — dijo Emilia sonriendo y tiro el dardo, ganándole la ronda nuevamente a Claudio

— Okey, tu ganas. Eres demasiado buena — dijo Claudio sonriendo

Claudio tiro los dardos al tablero y falló, Emilia soltó una risa en forma de burla mientras tomaba cerveza de su tarro.

Claudio bajo la cabeza al saber que había perdido, se acercó a Emilia para agarrar su vaso de cerveza y Emilia se puso demasiado nerviosa por el acercamiento.

— Oye, se que fue un gran riesgo aceptarme y me di cuenta que nunca te dije gracias por aceptarme, por creer que podía hacerlo así que, gracias — dijo Emilia con una sonrisa

— La mejor decisión que Masha me obligó a aceptar — dijo Claudio riendo

—¡Jaja!— dijo Emilia sarcásticamente

Emilia y Claudio comenzaron a reír hasta que se les agoto el aire y sus barrigas no aguantaron más dolor.

—¿Puedo hacerte una pregunta personal?— dijo Emilia

Claudio asintió.

—¿Cómo puede ser alguien tan bueno en patinaje y pésimo en los dardos?— dijo Emilia

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