Me despido de mamá y salgo a la escuela, es algo fastidioso ir pero debo mantener apariencias, van algunos meses ya que nos mudamos a esta ciudad y por lo menos es más tranquilo aquí, he repetido el último año en por lo menos treinta escuelas distintas en diferentes ciudades por una única razón, supervivencia.Entro a paso lento a la escuela, siento que me observan pero le restó importancia. Aquí no es la gran cosa, a pesar de ser una ciudad considerablemente grande todo es tranquilo, con los mismos problemas que en otras escuelas, clases sociales, odio esto, las chicas con ropas cortas y provocativas y chicos mirando de más, otras chicas cubriendo todo su cuerpo y chicos burlándose por ello, ¿podría ser más predecible?
Entro a mis clases como siempre, sin llamar la atención pero tampoco ocultándome ya que con eso solo atraería miradas curiosas.
Miro la clase con fingida atención, no necesito saber nada de esto y mucho menos tener a toda esta gente al rededor. Miro atenta a la profesora, siempre me ha gustado observar a la gente y analizarla, no soy experta del todo pero es una manera de entretenerme, en el caso de la profesora Collins no tengo mucho que decir, es una buena mujer aunque un poco rota por la muerte de su esposo, a pesar de eso sigue aquí dando clases con una sonrisa y una amabilidad increíble, hace lo que le gusta y por lo tanto aquí es feliz aunque puedo notar qué tal vez la felicidad se desvanece cuando llega a casa y por eso hace turno extras.
Observó a una chica unos puestos delante de mí, es tan callada que aveces se hace invisible, ¿Que pasa por su mente? ¿Quiere ocultarse? Bueno creo que eso es bastante obvio pero me parece que es muy linda aunque intente ocultarlo y no, no estoy hablando de la típica nerd de las historias que detrás de sus ropas anchas oculta un gran cuerpo o que es una diosa detrás de sus gafas, no es así, ella es linda de una manera única, a su manera lo es y aunque no lo note ella misma a mi en lo personal me parece más linda que las mismas chicas que se la pasan maquilladas y con ropa de marca.
Escucho el timbre y salgo de mis pensamientos, me levanto sin prisa y salgo del salón, mi día transcurre como siempre, tranquilo. No tengo amistades aquí solo algunos conocidos, creo que es mejor no encariñarme con nadie porque al final de cuentas me iré de esta ciudad a otra y dejaré todo atrás, ademas no quiero poner a nadie en riesgo, aprendí a no hacerlo desde la última vez que me encariñe con una chica, era mi mejor amiga pero obviamente no sabía lo que en realidad soy y por mi culpa termino muerta, desde ese momento ya no me permití hacer amistades porque sé que en algún momento me atacaran y van a ir por mis puntos débiles, mi familia y mis amigos.
Llego a casa y sonrió a ver a mi pequeña hermana jugando en la sala de estar, tiene apenas cinco años y es un angelito, en todo el sentido de la palabra, al verme corre hasta mi levantando sus bracitos para que la cargue.
— Hola mi niña.— digo levantándola y ella me mira sonriente.
— Hoy vino Max, me regaló un cachorrito.— dice animada y con su vocecita tan dulce.
— ¿Enserio? ¿Me lo presentas? — preguntó acariciando su mejilla y al parecer le gustó que lo preguntara porque asiente efusivamente y hace que la baje, corre a buscar a su cachorro al patio de afuera al mismo tiempo que mamá sale de la cocina.
— ¿Qué tal tu día?— pregunta.
— Lo de siempre mamá, pero veo que lottie se ha entretenido mucho hoy.
La pequeña se acerca dando saltitos y con la correa del pequeño cachorro en su manita.
— Mira, mira, el es doki, doki ella es mi hermana Alexa, salúdala.— dice mi hermanita y como si la entendiera el pequeño san bernardo ladra en mi dirección.
— También es un gusto conocerte doki.— digo y me agacho a acariciar el pelaje de el cachorro.
El resto del día pasa entre juegos y bromas, todo como una familia normal, como si no hubieran demonios detrás de mi y como si nada fuese diferente a lo que cotidianamente hacen las personas comunes. Vivir en un mundo lleno de ignorancia a veces es más fácil que vivir en el que nada es un secreto y los riesgos son más latentes. Para una persona normal el más grande problema son las apariencias cuando para mi mi mayor problema es que me encuentren y maten a sangre fría a mi familia y me secuestren y torturen, creo que la diferencia de prioridades son notorias.
Pasa una semana y el sentimiento de ser observada ligado con un olor tenue pero que puedo identificar fácilmente no se va.
Sigo el olor ignorando por completo la escuela, camino entre callejones y el olor sigue siendo tenue, corro y al parecer el portador del olor también, en un momento ya no siento nada.
— Estoy completamente segura que es él.— dice Blake, mi loba interna.
— Se esfumó el olor, no puedo hacer nada al respecto.— digo en mi cabeza y por el mismo camino que vine regreso.
Llego algo tarde a mi primera clase pero de igual forma me dejan pasar, me siento en el fondo que es donde se encuentran los lugares disponibles, la clase termina antes de que me termine de dar cuenta, salgo de ahí directamente a la parte trasera de la escuela, siempre está desierta, me gusta ya que no debo escuchar todo el alboroto que hacen en la cafetería, aquí aún puedo escucharlos así que prefiero colocarme mis audífonos y sentarme en las raíces de un viejo roble.
Miro por un momento mis brazos y suspiro evitando recordar, veo que algo cae de las ramas de el árbol, me levanto y miro al pequeño pájaro, esta herido y con sus pequeñas alas muy frágiles, me agacho quitando mis audífonos y noto sus ojos cerrados, lo toco y su respiración es muy débil.
Creo una pequeña chispa en mis dedos, es diminuta y azul, es vida.
— Vuelve pequeño.— digo bajo tocándolo, la chispa se disipa en su cuerpo y sus heridas empiezan a sanar en segundos, unos segundos después el pájaro se levanta y muevo sus alas como si las estirara.
— Acabas de...— escucho a alguien hablar detrás de mi y me levanto rápido, antes de que pueda pensar siquiera ya derribé a la persona.
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Ámame [fragmentos oscuros]
FantasyUna niña nacida de lo prohibido, poderes inimaginables y peligrosos en manos equivocadas. El demonio elegido. Peligran los tres reinos. Solo ella puede pararlos . Y solo él puede pararla. Los buscan, Por debajo de las piedras, En cada rincón. Los ne...