{3} Hacerse el muerto ¡No sirve!

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Retrocedo alerta pero Demián se interpone entre su hermano y yo.

— No.— dice en tono imponente.

— Pero Demián...— empieza a decir.

— He dicho que no Drake, guarda eso ahora.— dice con el mismo tono. Drake desaparece la espada tras soltar un bufido y mira hacia otro lado, Demián se voltea y me mira aún con rostro serio.— Me disculpo por él, no vinimos a dañarte, somos híbridos así como tú, justo ahora no puedo explicarte las cosas pero volveremos y te explicaré todo.— dice

— Nefilim, lo sé, llevan ya tiempo esperando ¿no es así? Puedo olerte a kilómetros, aún así no lo supe hasta que estuve cerca de él.— señaló a Drake.

— Supuse que lo notarías, sobre todo cuando intentaste seguirnos.— dice.

— Corrección, yo seguía a mi mate.— aclaro.

— ¿De que hablas?— pregunta

— Lo olvide, no eres licántropo, pero bueno te explico, el olor que yo perseguía no era el de un nefilim, era el de mi mate, o sea tú.— digo.

— Entonces ¿yo soy tu mate?— pregunta algo confundido.

— Si.

— Tiene que ser una broma.— dice Drake.

— No lo es.— digo

— Ok, ya entendí soy tu mate.— dice Demián —cuando llegue el momento volveremos y te explicaremos todo.

— Volveremos del verbo: volverás tú solo — dice con antipatía Drake y abre una especie de brecha y se va. Demián suspira con cierta nota de cansancio y se despide sin más yéndose de la misma manera que su hermano.

Suspiro y me siento un momento a ver el cielo desde allí, no hay rastros del sol como siempre. Luego de un rato ahí decido irme.

***

Van tres días en los que no he sentido el olor de Demián cerca, en cierto modo me decepciona un poco, Blake insiste en buscarlo pero no tengo medios como encontrarlo, es bastante inteligente como para no dejar rastros ni para mi ni para cualquier otro demonio, por otro lado Josh siempre está conmigo, es agradable no estar tan solo, tiene un sentido del humor que mantiene entretenido a cualquiera.

— Entonces yo estaba en el suelo y me quise hacer de muerto pero el perro no se lo creyó y empezó a lamer mi pantalón, me sentí violado en ese momento— dice Josh, estaba contándome como una vez dejo caer salsa de carne en su pantalón y para no cambiarse solo lo seco y salió así a la calle, al parecer un perro grande (porque no sabe de razas) el cual probablemente era un Danés lo atacó.

— ¿Sabes que eso de hacerse el muerto solo funciona con osos? Bueno, con algunos.— digo al dejar de reír.

— Ahora lo se, la moraleja de la historia es: no salgas a la calle con el pantalón lleno de salsa de carne solo por que eres muy flojo como para simplemente cambiarlo ya que puede ser que un perro más grande que tus logros en tu vida te ataque y termine violándote.— dice con aires de filósofo.

— Claro, tendré en cuenta tu experiencia para nunca aplicarla en mi vida por que nadie en su sano juicio piensa primero en quitarse el pantalón sucio y sustituirlo.— digo.

— No me juzgues.

Hablo un poco más con Josh, estamos en el patio de atrás de la escuela. Veo una brecha abrirse detrás de Josh y a los gemelos salir. Drake mira a Josh que ni siquiera se ha percatado de su presencia.

— Creí que habías dicho que no vendrías.— digo con intención de irritar a Drake, Josh voltea al ver que hablo con alguien detrás de él y da un pequeño brinco y me mira asustado, la cara de culo de los gemelos asusta a cualquiera.

— No te preocupes, son buenos— digo calmándolo, asiente y se relaja— Al menos algunas veces— digo mirando a Drake, sonríe de lado con superioridad, ruedo los ojos y miro a Demián.

— Hoy en la tarde nos reuniremos para hablar sobre el tema.— dice mirándome.

— ¿A qué hora?

— 6:30

— ¿Donde?

— Me encontrarás.— dice.

— ¿Que es eso?— pregunta Drake mirando hacia atrás de Josh y yo, volteamos ambos para ver.

— ¿Que es que? Ahí no hay nada— digo volteando al frente. Para mi sorpresa, ya no están.

— Parecen unos putos ninjas, caminan muy rápido.— dice sorprendido Josh. Si supiera todo tu cabeza explotaría.

— Si, muy rápido— digo y suspiro.

Asistimos a todas las clases con normalidad y nos despedimos cuando cada quien toma su camino. Llego a mi casa y me recibe el pequeño San bernardo y las risas dulces de mi hermana, deduzco que está en el patio trasero jugando con el cachorro, sonrió al sentir un olor muy conocido, camino hasta la cocina y están ahí, Max y mamá preparan la comida mientras hablan entretenidamente.

— ¡Mugroso!— chilló abrazándolo.

— Hola princesa— dice él devolviéndome el abrazo.

Pasamos una tarde en familia, todos muy felices y hablando sobre cualquier cosa, todos completos, aunque en el fondo sabemos que falta alguien, falta Shane. Todos dicen que debo dejar de culparme por su muerte pero no puedo, si no hubiera sido tan estupida, si no hubiera salido esa noche, tan solo si yo no fuera lo que soy mi hermano seguiría vivo, si mi vida fuera distinta no tendría que cargar con toda esta mierda, si tan solo yo estuviera muerta...

Ámame [fragmentos oscuros]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora