Demián.
Me mantengo en el mismo árbol, tiene una visión perfecta a su habitación y lamentablemente también a la de ese idiota, desafortunadamente yo lo veo con el rostro de Drake, es la persona en la que más confío, ¿como lo verá ella?
No se por que me duele la cabeza, me empezó hace un momento y son como punzadas.
Las ventanas siempre están abiertas y presto atención cuando veo movimiento en la habitación del idiota.
Tiene que ser una broma.
Veo como empieza a desvestirla o mejor dicho, como empieza a despedazar su ropa, dejo de ver.
¿Porqué no hace nada por quitárselo de encima? ¿Porqué mierda no se resiste? ¡Soy su mate! ¡Joder! ¡¿No se supone que no pueden hacer eso?!
Vuelvo a mirar de reojo, quiero vomitar, dejo de mirar. ¿Porqué estoy molesto? Tomo mi cabeza entre mis manos.
Duele... maldición duele mucho.
Pasan los minutos y yo solo quiero que terminen de una vez por todas, el dolor de cabeza es cada vez más fuerte, como si estuvieran golpeando mi cabeza con un martillo una y otra vez. Evitó mirar a la habitación aunque abrir los ojos parece una tortura. Luego de un rato el dolor se hace menos intenso, ya puedo abrir los ojos, el maldito idiota está vestido, le dice algo a ella con una sonrisa y sale de la habitación, ella está envuelta en una corcha y así se levanta y va a su habitación, veo cómo entra al baño,
¿Como puede estar tan tranquila?
Aparezco en su habitación y espero a que salga del baño, camino de un lado a otro calmándome. Veo que sale y esta vez no me inmuto al verla en toalla.
— ¿Es en serio Alexa?— pregunto molesto.
¡Pudo haberlo detenido!
— ¿De que hablas?
— ¡Te acostaste con él!— digo fuerte, debo calmarme o nos escucharán.— Te acostaste con él — repito más bajo mirándola.
— ¿Y que esperabas? ¿Que me negará? Ambos sabíamos que eso iba a pasar Demián.— dice, parece molesta ahora.
— Pudiste inventar algo para no hacerlo.— reprochó.
— ¡En algún momento iba a pasar!
— ¡Pudiste posponerlo!— digo bajo.
— ¿Cómo?
— No se. Pero aunque sea nos darías tiempo de sacarte de aquí antes.
— ¡Te digo que no podía hacer nada Demián! ¿Que querías que hiciera?— Pregunta.
— ¡Algo, debías hacer algo! ¿Acaso no te molesto que te tocara?— pregunto y me acerco hasta quedar frente a ella.
— Claro que me molesto pero no podía hacer nada Demián— dice mirándome, sus ojos marrones clavados en los míos, me encanta que me mire.
No es momento para distracciones.
— No dejes que te toquen de nuevo entonces, si a ti te molesta no los dejes— digo tratando de no sonar molesto.
— Es por mi o por ti Demián ¿Estás celoso?— pregunta y puedo ver qué contiene una sonrisa.
No estoy celoso.
— No.— digo.
— ¿Entonces?
— Piensa lo que quieras.— digo y me voy de ahí
Alexa.
— Piinsi li qui quiiris.— me burlo cuando se va.
— Está celoso.— dice Blake.
— Casi ni se le nota.— ríe Maya. Sonrió al escucharla hablar.
— Ya, no se burlen esperemos a que se le pase y luego si nos burlamos.— digo.
— Okis.— dicen al unísono y niego sonriendo.
Creo que si no las tuviera a ellas ya estuviese muerta, bueno literalmente si lo estuviera pero me refiero a que ellas siempre me han ayudado en todo, siempre saben que decir para que se me olviden los malos ratos.
Como lo de hace rato...
***
Va una semana que Demián ni sus luces, ya se como entrar y salir de las torres con facilidad, ya está todo listo pero él no aparece, aunque creo que no soy la única con problemas, el que ha estado viniendo cada que puede es Drake.
— Lo he buscado en todos lados pero no hay señales de Demián.— dice llegando.
— ¿Que haremos? No podemos hacer nada sin él, no son muchos pero alguno de los tres debía llevarse a las chicas.— digo.
— Lo se pero tan solo no lo encuentro, él aveces desaparece por unos días cuando está molesto pero ya va una semana completa ¿qué pasó cuando vino?— pregunta.
— Tal vez discutimos un poco pero no creo que estuviera tan molesto.— digo.
— ¿Por que discutieron?
— Cosas...
— ¿Que cosas?— pregunta.
— Cosas Drake solo cosas, deja de interrogarme.— digo levantándome, camino por la habitación.
— Solo estoy intentando comprender porque se fue es todo, además, Demián era él que iba a llevar a Tommy al lugar seguro, pero como al caballero se le dio por desaparecer ahora tengo que cuidar de él, ¡No soy un puto niñero!— se queja, un momento ¿quien es tommy?
— Drake ¿quien mierda es tommy?— pregunto.
— El mocoso que salvaron.— dice.
— ¿Como sabes que se llama Tommy?
— No se tan solo no podía estar diciéndole mocoso en la calle, además leí un libro que decía que a los niños desde pequeños hay que llamarlos con un nombre así ellos aprenderán que cuando los llamen por su nombre se refieren a ellos y será más fácil educarlos.— explica cómo si supiera mucho del tema. Contengo la risa.
Drake hablando sobre esas cosas es divertido me imagino verlo cambiar al niño y bañarlo, ¿lo bañará?
— No te rías que todo esto es tu culpa.— dice.
— ¿Yo tengo la culpa de que leyeras un libro para madres primerizas?— digo riendo.
— Agh.— se queja y abre una brecha.— me voy antes de que él mocoso despierte.
Luego de eso desaparece, camino a la puerta con intención de ir a la cocina de este piso a comer algo. Cuando salgo de la habitación siento como me empujan y acorralan contra la pared.
Drake.
Llego a la casa y subo a la habitación de Demián, ahí es donde duerme el mocoso, obviamente no iba a dormir conmigo, él lo trajo así que uso sus cosas y su cama, aunque creo que a este paso necesitará un nuevo colchón y nuevas sábanas. Resulta ser que aún no sé poner bien los pañales así que suele mojarse un poquitín la cama, sin contar que Tommy tiene la afición de hacerse pis cuando lo estoy cambiando así que luego de tres días aprendí a alejarme rápido cuando le quito el pañal, lo cual es otro problema que moja la cama y se moja el, tengo miedo de bañarlo por que cuando lo intente casi se me resbala, la segunda vez lo metí en la bañera pero resulta ser que la llene mucho y cuando estaba sentado se resbaló y por poco se ahoga, la tercera vez lo hice en el lavamanos y el mocoso hizo que mucha agua saliera por lo tanto cuando quise alcanzar el jabón termine cayendo y el mocoso del demonio riéndose. Ya no lo he intentado más y recurrí a toallas húmedas para bebé, es fácil, rápido y sin riesgo de muerte. Miro al mocoso aún dormido, le compré algo de ropa ya que no lo podía tener como un indigente y un chupete con el que duerme. Es un niño muy bonito y a pesar de todo me divierto mucho cuidándolo, claramente eso no lo sabrán ni Alexa ni Demián ya que lo más probable es que termine siento víctima de sus burlas.
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Ámame [fragmentos oscuros]
FantasyUna niña nacida de lo prohibido, poderes inimaginables y peligrosos en manos equivocadas. El demonio elegido. Peligran los tres reinos. Solo ella puede pararlos . Y solo él puede pararla. Los buscan, Por debajo de las piedras, En cada rincón. Los ne...