{8} Transmutador

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Ya mañana empezaremos con el plan, yo seré quien entre a la secta y acabe con todos ellos, si necesito ayuda Demián y Drake estarán a una distancia considerable para ayudarme. Estuve leyendo más sobre lo que hacen ahí y por ahora lo más preocupante es que debo matar a un inocente, lo peor es que eso varía según lo que ellos decidan, puede ser desde mujeres, hombres, ancianos hasta niños recién nacidos. Le expliqué ayer todo a mamá y a papá, les prometí que estaría bien y luego de dudar un poco cedieron, claro, papá amenazo con despedazar a Demián si algo me pasaba, lo normal.

Es media noche y no tengo sueño, salgo a ver si encuentro a Demián, para mi sorpresa si lo siento pero al parecer está corriendo, corro detrás de él aprovechando la oscuridad de la calle para poder correr rápido, llego a un punto en el que el olor desaparece y me detengo, una brecha se abre debajo de mis pies y caigo en ella, espero el golpe al llegar al suelo pero no lo siento, en vez de eso siento su olor y sus brazos, me atrapó antes de que cayera. Miro donde estamos, me trajo al claro de la otra vez, luego lo miro a él.

— Hola.— dice y me baja con cuidado.

— Hola.— digo.

— Discúlpame por hacer eso, tenía prisa, ya sé dónde está la secta, el problema es que al parecer me vieron por eso corría.— explica.

— Entiendo entonces ya está todo listo.

— Si, ya sólo falta empezar con el plan.— dice y asiento, mete una mano en su chaqueta y saca un pergamino, lo abre.— Este es el mapa de mi casa.

Me indica que es cerca de este claro pero es como la casa de mi padrino, tiene protección, para entrar necesito el pergamino. Me indica las entradas y salidas de emergencia, cuando matemos el humano debo ir con ellos ya que eso alertará a Mundus, su casa es segura. Me explica todo y lo escucho tan solo asintiendo, se me ocurre algo.

— ¿Y tú habitación cuál es?— pregunto mirándolo, la pregunta lo toma por sorpresa.

— ¿Para que quieres saberlo?— pregunta con ese destello de diversión en sus ojos.

— ¿Accesibilidad?

— Buen intento.— dice y emboza un pequeña sonrisa, yo sonrió también.

— Lo descubriré de todas formas.— digo encogiéndome de hombros, él niega con la cabeza aún con la sonrisa.

— Oye... quiero hacer algo, pero necesito tu permiso.— dice mirándome, aparta un mechón de cabello de mi rostro.

— ¿Que?— preguntó bajo.

— Quisiera hablar con Maya. ¿Puedo entrar?— pregunta.

— ¿A mi cabeza?— pregunto y asiente— Bien, entra.

— Vaya niña no sabía que eras así.— dice cerca de mi oído, al principio no entendí, luego si, golpeó su pecho y lo escucho reir, me declaro fan de su risa. Lo golpeo de nuevo— Ya, ya, era broma, solo quería ver cómo reaccionabas es todo.— se defiende.

— Idiota.— murmuró.

— Creí que ese era el título de Drake.— bromea.

— Y lo sigue siendo no te preocupes.

— Bien voy a entrar.— dice conteniendo la risa y lo miro mal. Me siento en el suelo, cierro los ojos y siento que entra en mi cabeza.

Demián

Entro en su cabeza y veo a Blake dormida, es una loba blanca que si podría jurar que es del mismo tamaño que Alexa, todo aquí es blanco, rojo y azul, es como una habitación sin final, veo a Maya en una esquina, es prácticamente igual a Alexa, solo que su vestimenta es totalmente blanca al igual que su cabello, al igual que sus alas, es hermosa.

— Maya...— digo bajo quedando a un metro de ella, no quiero asustarla.

— ¿Demián?— pregunta ella y su voz es igual a la de Alexa. Solo que tiene un poco de miedo en ella.

— ¿Sabes quien soy?

— Blake cada vez que duerme solo escucho que dice tu nombre, Alexa no se queda atrás.— dice, sonrió leve, así que piensan en mi.

— Entiendo... Vine por que quiero ayudarte.

— ¿En que?

— A soportar lo que viene.

— Podemos hacerlo solas. Siempre ha sido así.

— Lo se, pero también se que tú eres una de las que más sufre, quiero evitar eso, quiero que las tres estén bien.— digo mirándola.

— ¿Y como lo harías?

— Con esto.— le muestro un amuleto.— Es un transmutador, hará que no les afecte nada, las mantendrá a salvo, solo dos armas pueden romper el hechizo, la mía y otra aún más poderosa, pero eso no importa, estarán a salvo.— digo bajo.

— ¿Porque me lo das a mi?

— Por que si se lo doy a Alexa es más fácil que se lo quiten, a Blake no le queda, así que debes llevarlo tú.

— Bien.— dice y se acerca un poco más, de recoge su cabello para que le pueda poner el amuleto. Se lo pongo.

— Todo estará bien Maya.— aseguro y ella asiente.— Nos vemos.— digo y salgo de la cabeza de Alexa.

— Gracias por eso.— dice mirándome.

— No hay de que.— digo y acaricio por un momento su cabello.— ¿quieres ir a casa?

Asiente, abro una brecha y la llevo a su casa, luego vuelvo a la mía. Me ducho y pongo una pijama, me acuesto y el rostro de mi madre se me viene a la mente, ese amuleto era de ella, papá se lo dió para protegerla, lastima que no fue suficiente. Una lágrima sale sin permiso, pienso en mis padres hasta dormirme, antes de que lo logre, Alexa viene también a mi cabeza, me quedo dormido.

Ámame [fragmentos oscuros]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora