¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO UNO.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Vamos Madison, se nos hace tarde!. — Gritó mi querido hermano Lucas desde el otro lado de la habitación.
Rodé los ojos mientras me levantaba de mi cama, caminando hacia la puerta bufando un par de veces ya que era demasiado temprano.
— ¡Ya te he escuchado las primeras 10 veces que lo haz dicho Lucas!. — Salí de mi habitación en dirección hacia la cocina, donde el se encontraba.
Lo encontré haciendo de desayunar y sonreí, desde que nuestros padres fallecieron, Lucas siempre ha intentado mantener esta familia de pie, aunque solo nos encontráramos Lucas, mi hermano mayor, Regina, mi hermana menor y yo, Madison.
— ¿Podrías ir a despertar a Regina? Se nos hace tarde y no queremos perder el avión. — Asentí y subí las escaleras en dirección a la habitación de nuestra pequeña y linda hermana.
Entre a la habitación de la pequeña y la encontré aún dormida en un sueño un tanto profundo, me acerqué hasta su cama y me senté con cuidado de no aplastarla o lastimarla.
Comencé a acariciar su cabello suavemente, esperando que en alguno de estos movimientos, la pequeña despertara. — Regina, despierta, ayúdame a terminar tu maleta, que se nos ha hecho un poco tarde. — Regina abrió los ojos, y al mirarme los volvió a cerrar.
— 5 Minutos más, Madison. — La observé y solté una pequeña risita.
— Bueno, que te parece si tú te quedas dormida mientras Lucas y yo nos vamos a España. — Fingí levantarme de su cama.
Al momento en el que Regina escuchó la palabra España se levantó de su cama corriendo hacia su closet, sacando mucha ropa de este y lanzándola por todas partes de su habitación.
— ¡Terminaré de hacer mi maleta!. — Gritó la pequeña y comenzó a sacar toda la ropa que podía.
— Saca suficiente ropa Regi, recuerda que nos iremos por algunos meses, pero aún así recuerda que allá te compraremos un poco más, para que cargues la necesaria pero no más. — Ella asintió y siguió armando su maleta.
