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CAPÍTULO CUARENTA Y TRES

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CAPÍTULO CUARENTA Y TRES.

Bog y yo mirábamos totalmente petrificados la pantalla de aquel teléfono, para después mirar a Andrea.

— Pero... — Bog intentaba hablar, sin embargo las palabras no lograban salir de su boca.

De nuevo, tomé aquel teléfono, reproduciendo de nuevo el video donde Andrea se encontraba con un total desconocido, prácticamente comiéndose a besos.

— ¿Qué hay de tu novio?. — Aquel desconocido le preguntaba a mi mejor amiga.

— ¿Qué hay sobre el?. — Andrea miraba a aquel chico, mientras ambos seguían totalmente pegados.

— ¿No te importa lo que estamos haciendo?. — Andrea negaba con la cabeza, riéndose.

— Esos chicos no me importan, ni uno solo de ellos, la única que me importa es mi mejor amiga, Madison. — Ella se encogió de hombros. — Si te soy un poco sincera. — Ella rio. — Tener fans y que te sigan los paparazzi es muy divertido. —

En ese momento, el video se corto, y todos mirábamos con impresión a Andrea, la cual únicamente se quedó totalmente inmóvil, mirándonos a todos sin poder pronunciar una sola palabra.

— Yo... chicos... no.. — Las manos de Andrea comenzaron a temblar, y ella intentó acercarse a Iván, el cual rápidamente la apartó, mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

— No me hables. — Iván se dio la vuelta, y camino directo hacia su habitación, donde se escuchó un fuerte portazo.

Lágrimas comenzaban a caer rápidamente sobre las mejillas de Andrea sin parar, mientras que Bog y yo la mirábamos en un gran estado de shock, pero rápidamente se notaba como lo único que Emilio quería hacer era asesinarla.

— Eres una zorra, no mereces si quiera haber conocido a mi hermano, es demasiado para ti. — El rostro de Emilio comenzaba a tornarse un tanto rojo del coraje.

Jimena al notar eso, se acercó con el y tomó su mano, lo cual pareció relajarlo un poco, pero no del todo ya que siguió indultando a mi mejor amiga de muchas formas distintas.

— Emilio basta. — Intenté acercarme a él, y por alguna razón el alzo su mano, lo cual me asusto muchísimo ya que parecía como si me fuera a golpear.

— ¡Emilio!. — Al instante, aquel gemelo pareció comprender la situación, y se acercó hacia mi, tomándome suavemente de los hombros, con un gesto de preocupación.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐋𝐨𝐯𝐞. - 𝐉𝐮𝐬𝐭𝐛𝐨𝐠𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora