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CAPÍTULO QUINCE.
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Salimos de la casa, y corrí hacia su auto, para después entrar por la puerta de copiloto, en lo que Bog encendía el coche.
— ¿Qué ha pasado?. — Bog me miraba, para después arrancar el auto en dirección al hospital lo más rápido posible.
— Me ha llamado mi hermano, y me dijo que Regina, mi hermana pequeña, se había caído de las escaleras, pero que cuando la encontraron.. al parecer se hizo una gran cortada en la cabeza, o no lo saben aún, pero había mucha sangre y Regina estaba inconsciente. — Mencione con un tono de voz muy algo.
— Llegaremos pronto al hospital, no te preocupes.. todo estará bien. — Asentí mientras comenzaba a regular mi respiración.
— No puede pasarle nada a ella, no puedo perder a nadie más. — Mis ojos comenzaban a cristalizarse, y al instante Bog colocó su mano sobre mi muslo, lo cual me produjo mucha tranquilidad.
— Tranquila, no creo que haya sido algo de mucha gravedad, a todos de pequeños nos pasó que nos caímos al menos una vez y salió sangre. — Asentí hacia sus palabras, e intente relajarme.
Siguió conduciendo lo más rápido que pudo al hospital, hasta que por fin llegamos, y ambos nos bajamos del auto.
— No es necesario que vengas, no te preocupes. — Lo miré cabizbaja y el negó tomando mi mano.
— Te acompañaré en todo momento, es una promesa, al igual que nunca dejaré que nada te pase. — Acarició mi mejilla con su otra mano, y le sonreí.
Caminos hacia la entrada del hospital, mientras yo sacaba mi teléfono del bolsillo del pantalón, para llamar a Lucas.
— ¿Lucas?. — — Madison, ¿Ya estás aquí?. — — Si, acabo de llegar.. ¿Hacía donde voy?. — — Tercer piso, en el area de urgencias. — — Voy en camino. —
Terminamos la llamada, para después ir en búsqueda por el elevador, y al encontrarlo, subir en el y esperar a que llegase al tercer piso.
— ¿Conoceré a tu familia?. — Demonios, no había pensado en eso... probablemente se enojarían por las mentiras que había dicho, pero, era hora de que lo conocieran.
