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CAPÍTULO VEINTE.
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Todo comenzaba a sentirse muy pesado, leía una y otra vez los mensajes de Andrea, y no podía creer las fotos que había mandado.
Todas aquellas veces que sentía miradas sobre mi, no estaba equivocada.. no sé si habrá sido alguna fan, o algún paparazzi, no lo sé, pero acababa probablemente de arruinar mi amistad.
De nuevo tomé mi teléfono, e intenté escribir algo, pero simplemente no pude.
— ¿Qué sucede?. — Bog me miraba preocupado. — Tienes una cara terrible. —
— Yo...— Sentía un gran nudo en la garganta, que ni siquiera podía dejarme hablar, ya que si abría la boca de nuevo, sabía que estallaría en llanto, así que mejor decidí mostrarle mi teléfono, y el al leer aquella conversación, quedó sorprendido, y rápidamente saco su teléfono.
— ¿Qué haces?. — Susurre con un tono de voz tan triste, que el dejo su teléfono por unos segundos, para acercarse hacia mi, y rodearme con sus brazos, mientras acariciaba mi cabello.
— Tranquila, todo estará bien. — Mis ojos comenzaban a cristalizarse, y asentía aunque sabía que Bog no pudiera verme. — Enserio, tranquila. — Volvió a separarse de mi, depositando un suave beso sobre mi frente, y de nuevo continuo haciendo unas cuantas cosas sobre su teléfono. — Listo. —
Lo miré confundida, y después me mostró la conversación con una de las cuentas de las que subieron nuestras fotos, donde amablemente le pedía a ambas cuentas que respetaran su privacidad, y borraran las fotos.
— Sé que algunas personas lograron ver las fotos, incluida Andrea, pero tranquila, no fueron muchas quienes la vieron, entonces prácticamente puedes seguir pasando desapercibida. — Asentí.
Ring.
Con miedo, tomé mi teléfono, y de nuevo miré la pantalla de bloqueo, donde se encontraba un mensaje de Andrea.
Andy ¿No piensas contestar?.
Con miedo, intenté formular alguna disculpa rápida, pero por más que lo pensaba, sabía que esto únicamente se podía arreglar si lo hablábamos en persona, así que decidí mejor, tomar todas mis cosas, y preguntarle si podía ir a su casa.
