Me encuentro tirada en el césped mirando al despejado cielo, sin ganas de levantarme.
– ¿Qué ha pasado primita?- pregunta Franchesco, mientras camina hacia mi - Antes siempre nos ganabas ahora lo único que haces es besar el suelo.
Tira de mi mano y me pone de pie, ignorando sus burlas y risa sigo caminando y cuando no los veo me agarro la espalda, si que ha dolido.
No tanto como mi ego lastimado, todos somos muy competitivos y a ninguno nos gusta perder, mucho menos a mi y haberlo hecho no me tiene del mejor humor en lo que resta del día... pero lo revertiré.
* * *
Agarro el coche y retomo el camino hacia el gimnasio de Dom.
Dominic o como le digo yo Dom, es un niño que mi abuelo ha salvado de las calles y desde ese entonces es amigo de la familia.
Fue nuestro entrenador personal hace años, siempre fue el mejor de todos, y yo lo admiraba... cada día llegaba antes para que el me enseñara, la verdad es que mi padre quería que lo hiciera por el mundo que nos movemos y vivimos pero yo lo hice por mi... Un día no pude hacer nada para defenderme de unos niños que me golpearon y me jure nunca mas ser así de débil, no quiero que alguien me venga a rescatar lo quiero hacer yo sola y eso me motivaba día a día a levantarme, llegar antes y entrenar.
Estaciono afuera del gimnasio y abro las puertas.
Incomoda ante tanta atención paso y me acerco hacia la oficina, esta se abre de golpe haciéndome pegar un salto en mi lugar.
Miro al responsable y sonrió.
Dom es un pelinegro con ojos claros y cuerpo de muerte, de niña tenia un enamoramiento por el y cuando fui creciendo todo eso cambio hasta volverse un cariño fraternal.
– Mi pequeña - Se acerca y se agacha un poco para abrazarme y luego alzarme.
– Dominic, no te das una idea cuento te echaba de menos.
– Y yo a ti... no tenia a nadie que diera de que hablar aquí. - Sonrió y me baja para luego guiarme a su oficina con su brazo sobre mis hombros.
– Que te trae por aquí Annie? - Acomoda mi pelo y me siento.
– Quiero entrenar.
-– He oído que han pateado tu sexy trasero- bufo como no .
– Así es y no lo volveré a permitir - Sonríe orgulloso.
– Esa es mi niña, estoy seguro que en unos días patearas sus traseros.
– Eso es un si?
– Cuando te dije que no a algo - Sonrió y corro a abrazarlo.
– Cuando empezamos?
– Ya... si quieres no hay tiempo de perder. - asiento y salimos de la oficina con una sonrisa satisfecha en mis labios.
Vittorio dijo que no aceptaría, no ha entrenado a nadie en años, pero aquí esta llevándome para empezar.
En su cara.
Salimos por una grande puerta y damos contra un patio de tierra, veo hombres practicando con armas, cuchillos y otros peleando en un ring.
– Ahora corre, por media hora. - Hago una mueca - Qué? Tu querías entrenar - ruedo los ojos y hago lo que me ha ordenado.
Al empezar todos me observan y se sorprenden, machistas que creen que por ser mujer no puedo estar aquí, pero luego de un rato parecen aburrirse y vuelven a lo suyo.
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Broken Souls - EN CORRECCIÓN.
RomanceAnnie Rocci, siempre fue lo que muchos quisieran ser, lo que mucho llamamos "chica 10" buenas notas, amigos y familia, sin embargo la realidad es que ella intentaba ser la mejor en todo porque era la única forma de llenar el gran vacío que tiene por...