Stephania
Estoy demasiado enojada. ¡¿Cómo puede ser que el imbécil de Franco me deja así?! Igual me da gracia, el tener fuerza de voluntad para irse y no terminar el trabajo, pero creo que me lo hizo por la noche de los vinos.
Si creía que me quedaría con las ganas, está realmente equivocado, prácticamente viviremos dos semanas juntos.
Bajo mi mano e introduzco mis dedos, no me imagino solo a Franco, también a Nicolás, los tres juntos. Son tan iguales, pero Franco me lo imagino con un terno, más centrado, magnate del control y a Nicolás como el bad boy, chico malo llenos de tatuajes, chaquetas de cuero negras, moto.
No sé lo que quiero y me refiero a quien me coja primero, no puedo imaginar lo que sentiré con Franco, pero yo ya se el terreno con Nicolás y lo hace bastante bien, cumple mis expectativas. Pero Franco es una incógnita ¿me llevará a la lujuria?
Me imagino en un departamento, tumbada en un sillón de terciopelo negro, mientras Franco me está rondando, diciendo todas las cosas que quiere hacerme.
Nicolás se acerca a mi cuello, llenándome de besos y placer mientras imagino las cosas que me dice Franco.
Me desvisten en conjunto, uno por arriba y otro por abajo, los dos son tan de lo que busco, semejantes, pero no iguales. Nicolás hace los preliminares abajo, mientras tanto Franco de mi boca da lugar a mi cuello, hasta baja a mis senos, me hace llegar al mejor éxtasis. Nicolás me toma de la cadera para estar dentro de mí, aquellos pensamientos me hacen llegar al orgasmo.
¿Por qué será que no me imagino con Franco?
Trato de relajarme antes de salir y tomar mi asiento, lo hago, y en el trayecto veo acaramelados a la plastia y Franco, el imbécil ese. Tomo mi asiento y subo la cortina que tapa mi ventanilla, el atardecer es espectacular, esos tonalidades naranjas, amarillos y rojos, casi llegando al anochecer merita una foto y la tomo. Sin pensarlo miro a Nicolás dormido y decido dormir también, queda muy poco para llegar Alaska.
-Steph- me habla Nicolás, apenas y sé en qué día estamos-. Ya llegamos- él me mueve el hombro.
-¿Y los demás?- miro a mi alrededor.
-Han bajado, sólo que desacomodé nuestras cosas y no te quería despertar, te veías muy tierna durmiendo.
-¿Entonces no soy tierna a diario?- ladeo mi cabeza haciendo una expresión 'tierna'.
-No- carcajea-. Vamos.
Bajamos del avión, mientras el team nos espera con cansancio.
-¿Pedimos un taxi?- pregunta esa plastix.
-No Laurita, tengo todo arreglado, nos están esperando.
Hay dos camionetas ahí, con algunos guardaespaldas infiltrados.
-Alejandra, Nicolás y Nacho vienen conmigo, los demás se van en la otra camioneta. Nico, tú manejas.
-¿Me puedo ir con ustedes?- pregunta Fran.
-Tengo que hablar algunas cosas con ellos, a Nacho lo tendrás dos semanas- sonrío.
-Steph...- Nacho defiende a Fran.
-Súbanse. No quiero repetirlo. La otra camioneta tiene un chofer que sabe a dónde llevarlos.
-¿Y ustedes?- Francisco me habla y mira extraño.
-No se preocupen, llegaremos.
Nos subimos a la camioneta, prendo mi celular y me doy cuenta de tres mensajes.
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Todo Lo Impredecible Es Predecible
Teen Fiction¿Qué tiene para demostrar Franco un "bad boy" que Stephania no haya visto ya? ¿Stephania es la chica virginal con la que se descubre a si misma junto al "bad boy"? Por favor, ¿a quién engaño? si esos dos tienen más secretos que la misma CIA. Solo t...