Capítulo 15 " Reacciones Premeditadas II"

132 16 20
                                    


-No chiquita no soy Silvia- acaricio la mejilla de la plástica.

-Chiquita, ¿le dijiste a Silvia?- Franco sale en toalla, con su pelo mojadito secándolo con otra toalla pequeña.

-Le comentaba a la chiquita que no soy Silvia, me llamo Stephania- me abro pasó en la habitación de Franco.

No necesito que él me dé permiso.

-¿Stephania?- veo la cara de sorpresa de Franco.

-Qué bien que sepas mi nombre cariño, no eres tan idiota cómo pensaba- digo con sarcasmo y acaricio su mandíbula.

-¿A qué vienes?

-¿A qué vengo Franco?- lo miro extrañada.

El estúpido imbécil me trata como otras de sus putas, cuando vengo de salvarles el pellejo, incluyendo a su dupla.

-Eso no importa Franco, ya que esta tu Barbie plástica ella también está invitada a las mini vacaciones- miro fugaz a la plastix.

-Qué cordial Stephania- dice con ironía.

-Como no lo voy hacer con mi amigo- rozó su labio con mi pulgar y guiño mi ojo derecho.

-Tan considerada que eres Steph, tengo la fortuna de tener una amiga como tú- responde sarcásticamente.

-¿Entonces vienen?- miro a la plastix y luego a Franco-. Será divertido.

Miro a Franco y me muerdo el borde de mi labio inferior.

-¡Si! ¡Sería genial!- la plastix salta a los brazos de Franco.

-Si eso quiere mi chiquita, eso tendrá-él comienza a besarla tan profundo que me da envidia, quiero ser yo. Mientras lo hace, él me mira.

-Perfecto- me dirijo a la salida.

¡Sii, siri ginil!

Ruedo los ojos.

Si isi quiri mi chiquiti isi tindri.

Estúpidos y yo aún salvándole la vida como una estúpida clavada con él. No veo a mi padre hace cuatros años, ningún contacto, ni por mail, teléfono, nada y lo hice por él, pero el simpático cogiéndose a la plastix.

Salgo de su hogar y camino por el jardín, enojada por todo. Me giro hacia la ventana de su habitación y no hay nadie, dirijo mi mirada hacía la puerta, pero nuevamente nada.

¿Qué esperaban? ¿que viniera corriendo tras de mí, diciendo que me quiere, que no me vaya, que lo intentemos?

Pues sí, quería ver que tuviera interés en mí...

Tal vez lo que alguna vez sintió por mí fue solo capricho, como los míos. Cuando uno conoce a alguien parecido a uno mismo o diferente, orgulloso, terco, arrogante, seguro de sí mismo o que te da un simple no, le llama más la atención, lo que uno no puede obtener.

Aquí hice mi jugada y creo que perdí, pero este chico no me conoce, no sabe de lo que soy capaz, los tres nos divertiremos y eso lo aseguro.

Al salir de los condominios de mansiones que hay, me voy a desquitarme, si, trotando, corriendo, necesito sacar esta ira que siento correr por mis venas.

Una sensación extraña, que primera vez experimento.

¿Celos?

Tal vez, pero es más allá, el palpitar que las cosas cambien, como la situación o los papeles.

Todo Lo Impredecible Es PredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora