Indicios de Richard

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Todos sueltan las risas que habían estado guardandose.

-Pobres idiotas, no parece que vayan a durar mucho.-Ríe Arnold, uno de nuestros compañeros.

-Deja tu eso, a saber lo que hicieron para estar aquí.-Contesta James.

Mientras ellos siguen burlándose me dan ganas de ir al baño y aviso a Steve.
Saliendo de este camino sigilosamente hacia la habitación de estos chicos y me pongo en el marco de la puerta para que no me vean.

-Huele a mierda aquí, me gustaba más el otro equipo.-Dice la chica.

-No hay escapatoria Patsy, tenemos que cumplir la condena, era esto o nos iban a matar.-Contesta el chico resignado.

-Como lo odio.-bufa ella.

-Ya sé, todo por culpa de ése imbécil de Richard, si tan sólo no hubiera abierto su boca.....

Un sudor frío me recorre la espalda y mi estómago da un vuelco. Sin darme cuenta entro en la habitación y me abalanzo contra el chico y lo tomo por el cuello.-¡¿Qué es lo que acabas de decir?!.-Grito y este tiene la cara pálida de un segundo a otro.

Su hermana da un grito ahogado.
-Mencionaste a un Richard, ¡¿quién era?!.-Lo sacudo una vez más y su cara se torna de un color rojo.

La chica trata de jalarme para que lo suelte pero me he dado cuenta que drogada tengo mucho más fuerza que de costumbre, así que la tiro a un lado de la cama y me enfoco de nuevo en el chico que ahora está morado.
De repente dos brazos me rodean la cintura y me cargan sin ningún problema, es Steve.

-¡Arlett! ¡¿Que demonios pasa aquí?!.-Me grita y escucho toser al mismo tiempo que lucha por jalar aire, al chico este al que acabo de ahorcar.

-¡Está loca! Quería matar a mi hermano.-Bufa mientras lo ayuda a levantarse y Steve me lanza una mirada asesina.

-¡No es cierto!.-Digo mirándolos. Los otros compañeros entran en la habitación desconcertados.-Quiero una respuesta a lo que te acabo de preguntar idiota, ¿quién era el Richard que mencionaste?.

El tipo que ya está recuperando su color voltea a ver a su hermana con resignación.

-Era.....nuestro líder en el otro equipo.-Dice todavía tosiendo.-¿Porqué demonios te interesa tanto?.

Eso me hace pensar que quizá ése Richard es mí Richard, aunque puede que haya algún otro chico con su mismo nombre, si resulta ser él, estaré muy feliz de que esté vivo y aún mejor, que sea un líder.

-Eso no importa, dime cómo es físicamente.-Le pido con tono más que serio.

Steve y los demás están muy atentos a la conversación.
-Alto, cabello chino rojo, flacucho, piel blanca...ah y una cicatriz en el cuello.-Las lágrimas se aproximan a mis ojos y no puedo evitar sonreír y mirar a Steve.

-Es él, ¡es él!.-Lo tomo de los hombros.-¡Mi mejor amigo está vivo!.

Nadie parece estar entendiendo nada, se miran entre todos tratando de descifrar lo que acabo de decir y viéndome llorar por primera vez en el tiempo que llevo aquí. Ya que, jamás había mostrado sentimientos diferentes al enojo, la felicidad(falsa porque estaba o tomada o drogada) y la tranquilidad.

Steve me toma de la mano y me saca del cuarto para llevarme al de nosotros y cerrar la puerta.

-Arlett, pudiste haberle hecho esa pregunta sin casi ahogarlo.-Me dice y se sienta en la cama.-No llevan ni un día aquí.

Me hace reflexionar, supongo que ya estoy acostumbrada a ser muy ruda con todo lo que hago, más que nada por experiencias pasadas en donde si hablaba de una manera más calmada no me tomaban en serio, o simplemente no obtenía la respuesta que quería.

-Lo siento.-Digo después de un silencio.-Solo míralos, parece que no obedecen órdenes, no podía ser tranquila si quería una respuesta seria.

Al día siguiente nos había llegado la nueva misión; secuestrar a un adolescente de 14 años que vivía en una casa en el bosque junto a sus padres y sus dos hermanas, según el equipo de investigación nos mandó el día que se quedaría completamente solo. ¿Y para qué lo quería Hawk? Ni puta idea, seguramente el que tuvo que ver en realidad fué su padre o madre porque al buscar su casa en Google resultó ser que no era una casa tan común, era una casa muy lujosa.
Steve comenzó a prepararnos, más a los chicos nuevos, quiénes no hablaban para nada a menos que tuvieran dudas o fuera entre ellos dos, si que son extraños pero tienen muchas técnicas rápidas y silenciosas para quitar una alarma o abrir cerrojos en menos de 1 minuto.

Hoy es el día y sinceramente ya no siento nervios por la misión, hace tiempo que no siento nada. Lo que si siento y me resiente en estos momentos es mi abstinencia por la droga, me siento temblorosa pero puedo disimular, al único que no engaño es a Steve, se me ha quedado viendo desde que entramos en la camioneta

-¿Te sientes bien?.-Pregunta por fin mientras yo miro a la ventana.

-Si.-Respondo a secas.

-¿Hace cuánto no consumes?.-Me tira de un brazo suavemente. Me habla como si él tuviera mejor salud que todos nosotros cuando sé que toma demasiadas aspirinas por sus dolores de cabeza o migrañas y que hay veces en que no lo dejan dormir.

-Ayer....por la noche.

Se encoge de hombros y mete la mano en su bolsillo para sacar una bolsa de cocaína pequeña.-Mira, la guardé ayer, escucha en cuanto terminemos te la daré, por ahora debes concentrarte en esto, debemos hacerlo bien.-Dice y la vuelve a guardar.

¿Pero que se creé este imbécil? ¿Que soy un perro al que le puedes dar un premio cuando hace bien la orden que le das?
Ruedo los ojos soltando un bufido y me vuelvo de nuevo a la ventana con los brazos cruzados, no es momento para una escena. Lo escucho quejarse también y regresar a su lugar.

Una hora después estamos en el lugar, a unos metros de la casa, escondidos sobre un árbol de tronco grueso, esperando órdenes de Steve para entrar.
Vemos como la familia sale, los padres y las dos niñas junto con ellos, mientras tanto en la casa por el primer piso, el chico las despide con la mano y podemos verlo porque la casa tiene grandes ventanales. También hay cámaras en algunos puntos, pero justamente en la parte de atrás por donde sacan la basura no hay ninguna.

Comenzamos a avanzar poco a poco y la pequeña ventana está abierta, entramos por ahí uno por uno, puedo afirmar que estamos todos tan flacos que sin problema ya estamos dentro. Resulta que ya no necesitamos las habilidades de estos dos hermanos que habían estado practicando toda la semana.
Caminamos por el patio, que tiene una gran alberca y jacuzzi, Steve me lanza una mirada pícara invitandome a entrar en el jacuzzi y yo no le respondo, no creerá que lo voy a perdonar tan fácil.

Ahora avanzamos en la sala principal, se escuchan sonidos de disparos en uno de los cuartos, el chico está jugando en su computadora, subimos las escaleras con cuidado y vemos que está con la puerta entre abierta. Steve abre la puerta con un golpe y el chico se asusta tirando los audífonos al suelo dejando un sonido de risas que salen de ellos, al parecer estaba hablando con alguno de sus amigos.

-¡Mierda!.-Grita alzando las manos, pero este chico tiene 14 años ¿no?.

-No te muevas....anda, corta la llamada ya.-Digo mientras le apuntamos con las armas. El chico obedece y deja de sonar el "¿Greg?, ¿Greg? ¿Qué haces? ¡Vamos a perder!" de su amigo castroso.

EN TINTA NEGRA.Where stories live. Discover now