Escucho que alguien se acerca hablando con otras personas, la puerta se abre y yo miro a otro lado por el hecho de que nos hemos quitado las vendas de los ojos sin que ellos nos vieran.
-Está el camión listo.-La voz gruesa que conozco de hace algunas semanas resuena en el pequeño cuarto. Es Argos, no lo puedo creer.
Alguien activa el mecanismo de la puerta de metal que se abre dejando entrar los primeros rayos de sol naranjas.
Argos nos mira a ambos, puedo escuchar la respiración pesada de Richard, está furioso y no puede hacer nada más que eso para mostrarlo.
-Escuchen....lamento lo que voy hacer ahora, tienen que comprender que no tuve elección, Hawk me ofreció una cantidad impresionante de dinero por entregarlos, dinero que cubre las deudas que me debes Richard y más. Por lo tanto no tengo mayor intención que esa, no lo tomen personal chicos, mi gente me importa más que nada, y ustedes....bueno, están como invitados y no pienso arriesgarlo todo por mantenerlos vivos unas cuantas semanas más sabiendo que saldrán de aquí para morir de todas formas.-Sus palabras entran en mi cabeza, tiene razón, todo este tiempo hemos estado posponiendo nuestros destinos, en especifíco el mío, soy yo quien debería estar sola aquí, no Richard.
Hago un esfuerzo sobre humano para hablar y que Argos se de cuenta de eso, me muevo, pataleo y hago gemidos muy fuertes.
-¿Quieres decir algo Arlett?, adelante.-Me mira y luego al tipo que tiene a su lado, quien se inclina hacía mí, toma la esquina de la cinta en mi boca y la remueve tan rápido que siento mis labios irse con él.
-Ahhhh.-No puedo evitar soltar mi quejido, todo alrededor de mi boca que arde como el infierno, pero no debo concentrarme en eso.
-Estoy....estoy de acuerdo Argos, pero Hawk sólo me quería a mi desde un principio, por favor, por favor, deja a Richard quedarse.-Le imploro y Richard comienza a moverse muy bruscamente a mi lado, soltando quejidos de desconformo.
-Lo siento pero aunque no lo creas, Hawk pidió al idiota del complice, no me preguntes porqué, sólo lo hizo y no pienso quedar mal. En el pasado él y yo teníamos el mismo poder, por eso peleamos durante tantos años, ahora su fortuna rebasa el triple que la mía......conoces el dicho, si no puedes con el enemigo.....únetele.-Sonrió e hizo un gesto para que me volvieran a poner cinta nueva en la boca, no sin antes insultarlo en tantas formas que ni yo sabía que podía.
Nos meten en la parte trasera de un camión viejo, supongo que para no levantar sospechas y cierran, todo está oscuro y hace mucho calor, no puedo hacer más que sentarme y esperar la hora de mi muerte.
Pasa algún tiempo, no puedo saber el exacto pero calculo que una hora tal vez, aún no topamos carrertera porque los baches siguen y siguen y no escucho las llantas de otros vehículos cerca.
Richard está dormido, desde que estamos aquí estuvo tratando de safarse de alguna manera, chocaba contra un lado, contra el otro, rodaba, intentaba saltar y renegaba. Ahora sólo escucho su respiración suave, ojalá yo pudiera dormir un poco también pero no puedo, imaginar que pasará cuando lleguemos allá me pone nerviosa, eso y también pensar en mi padre, ¿Seguirá buscandome? ¿Seguirá odiandome? no lo sé, supongo que sí. Yo lo extraño demasiado, viví 22 años junto a él, pasamos buenos y malos momentos y lo último que vi de él no arruina todo lo demás, lo quiero, de verdad y pensar que va tener que llorar mi muerte sólo me rompe el corazón, cuando sucedió lo de mamá estabamos juntos, apoyandonos, ahora no será así, sólo espero que lo resista.
Lágrimas brotan y caen por mis mejillas, me permito llorar fuerte porque está oscuro, Richard dormido y puedo desahogarme como hace semanas que estaba deseando hacerlo.
De repente oigo un ruido venir de una de las esquinas, como si alguien hubiera tropesado con un bote de metal, pero no veo nada, supongo que es por los movimientos bruscos del camión.....ahí está otra vez, pero Richard está aquí a lado....
Entonces mi corazón comienza a acelarse, oigo pasos que vienen torpemente hacía mí, no puede ser me estoy volviendo loca, no puede haber alguien más aquí.-¿Por...porqué lloras?.-Me sobresalto al oír una voz masculina joven, como de un niño, tal vez más grande. No respondo, me da miedo, esto debe de ser una broma, una voz fabricada por mi mente, si eso es....
Escucho otro ruido y siento una mano tocar mi mejilla, grito internamente y me hago para atrás hasta sentir a Richard en mi espalda, él se sobre salta y se queja pero no me muevo.
-No quise asustarlos.-Contesta la voz de inmediato. Es real, hay un chico en el mismo lugar que nosotros, pero como es posible que se haya mantenido callado tanto tiempo, llevamos aquí una hora y media tal vez.
Entonces vuelvo a sentir su mano en mi mejilla, pronto estoy liberada, puedo hablar y Richard también.
-¿Quién...quién eres?.-Pregunto antes que otra cosa.
-Soy Edson ¿y ustedes?.-Contesta el chico pero no puedo ver otra cosa más que su silueta a mi lado, los unicos rayos de luz que entran aquí es por la rejilla de la cortina de metal.
-Un segundo.-Me calla Richard.-Mejor dicho, ¿qué haces aquí?.
El chico no dice nada por algunos segundos.-....Creo que lo mismo que ustedes....estoy secuestrado.
Su respuesta me congela, es un niño, no puede tener más de 14 años espero. Y si está aquí con el mismo propósito que nosotros es horrible, odio esta parte del trabajo, por eso mismo no mate a la niña aquella vez en esa casa, podrás hacer lo que quieras con viejos enormes que deben cosas, que han hecho cosas o que provocan cosas pero no puedes meterte con niños, ellos no entienden muchas de estas cosas, no es justo.
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EN TINTA NEGRA.
General FictionSecuestros, robos, armas y droga. Todo eso, ¿mejor que estudiar leyes? Por supuesto. Arlett una chica de 24 años es tentada a dejar que su destino tiemble en la balanza de lo ilegal y lo legal. Su futuro es prometedor sin duda, pero ¿es acaso lo que...