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Los días en este lugar están siendo muy cómodos, pareciera que fuera de los muros no había nada, pareciera que la ciudad no estaba en manos de los mutantes pero la verdad era una y es que al salir de estos muros habían mutantes que alguna vez fuer...

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Los días en este lugar están siendo muy cómodos, pareciera que fuera de los muros no había nada, pareciera que la ciudad no estaba en manos de los mutantes pero la verdad era una y es que al salir de estos muros habían mutantes que alguna vez fueron personas, personas que esperaban cumplir sus sueños, los cuales fueron truncados por ser ratas de laboratorio sin su consentimiento.

Al final todos perdimos algo, todos perdimos sueños y metas, todos perdimos amigos y familiares que nunca más volverán a ser los mismos que eran antes e incluso que ni siquiera sabemos si siguen vivos. Nos esforzamos tanto para obtener algo para que al final se  nos sea arrebatado en un abrir y cerrar de ojos.

Si hay algo que me causa una enorme tristeza, son ellos; las personas que mutaron. Les quitaron la capacidad de poder sentir, sus recuerdos, sus pensamientos, les quitaron todo. Lo único que era suyo les fue arrebatado y no pudieron hacer nada... La escencia que había en ellos se esfumó, lo que les hacía humanos ya no está, lo que los hacía ellos...

Tal vez nada en este mundo sea nuestro, al menos no para ellos, lo que era de ellos ya no está más...

—Alik, tenemos que irnos. ¿Qué tal Narnia?—dice Kervin moviendo su mano sobre mi cara para captar mi atención pues me había quedado en Narnia.

—Excelente, ya hacía falta un paseo.—respondo riendo.

—Sí, sí, a la chingada, si no se apresuran Bat les pateara el trasero.—dice Karenina haciendo un ademán para apresurarnos.

—Deberías enseñarme más de esas palabras.—dice Haddei a Nina riendo y ella asiente con mucho gusto.

—¿Irás? ¿Qué hay de tu herida?—pregunto bastante curioso esperando que su respuesta sea un rotundo no.

—Solo han pasado tres días, claro que no irá.—dice Kervin molesto.

—No voy a hacer lo que sea que hacen, solo iré a ver, el doctor Tedd me dió permiso mientras no hiciera movimientos bruscos. Quiero saber qué es lo que haré en cuanto me recupere, niñitos.—explica Karenina haciendo muecas.

—Nos parece perfecto.—digo asintiendo con la cabeza.

—Si sigues haciendo muecas se...—intenta decir Kervin pero es interrumpido por Nina.

—Te va a arrugar la cara, sí.—dice alargando la "i"—. Ya lo sé, Ker.

Karenina y Haddei van un poco más adelante que Kervin y yo, solo ellos dos se entienden muy bien, son unos locos con eso de la puntualidad.

—¿Entonces a la chingada es lo mismo que a la fregada y a la versh? Nunca lo entendí.—escucho decir a Haddei.

¿Qué es a la versh?

—Humn, prácticamente sí.

—Entonces a la chingada.—dice Haddei sin importancia mientras Karenina asiente muy feliz pues le encanta enseñarle a Haddei las palabras que se solían decir en donde vivía su tía.

EN GUERRA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora