Como Digas

Capítulo 9. Celda

Y si el abuelo llegó para la mitad del juego, saludo a todos de la manera más rápida para poder prestar atención, Altagracia acompañó a su abuela hasta la cocina por un poco de agua, escuchando como se habían divertido en la hacienda juntos, fueron por los nuevos caballos que compraron.

Quisieron checar que todo estuviera bien con ellos además de poder pasar un momento lejos de la contaminación y ruidos de la ciudad, la felicitó también por manejar tan bien la contractura de la familia, añadiendo que el abuelo estaba muy orgulloso por tener a una nieta con muy buen ojo para los negocios.

- Ay abuela! -- sonríe -- Harás que me sonroje -- guarda la jarra de agua

- Hijita respondeme una cosa -- observa a Luis en la sala -- Volviste con el guapo que está sentado en la sala?

- Luis? -- sonríe -- No abuela, papá lo invitó para apostar, nosotros seguimos divorciados 

- Entonces ya se llevan mejor? -- la ve -- Porque cuándo llegue estaban sentados juntos, me pareció raro

- Si ya nos llevamos mejor, no queremos que Mónica nos vea pelear siempre -- da de hombros -- Ya de chiquita nos vio discutir hasta que nos separamos, por lo menos ahora intentamos hacerlo diferente

- Lástima, se ven bien juntos, vamos a la sala antes de que tu mamá nos venga a buscar -- niega

- Tienes razón -- ríe y la sigue -- Tiene muchos chismes para contar abuela

- Volvió a ir a esa peluquería verdad -- camina a la otra sala -- Siempre que va allá, se entera de todo

- Porqué crees que va -- sonríe -- Se vinieron para acá por los gritos al árbitro?

- Si -- asiente Regina -- Y mamá quiere seguir contándome lo de la hija de Lucrecia

- Debes dejar de ser tan chismosa -- la regaña sentándose

- Mamá hazle caso a la abuela -- concuerda Regina

Después de escuchar el chisme completo, que el juego terminará, Luis jugará al poker con Rubén  y el abuelo, llegó la hora de despedirse, sólo que Mónica insistió para que Luis fuera a la casa, aunque sea un ratito, lo cuál terminó como la primera vez.

Sólo que sin el vino, los dos estaban en la cama de Altagracia comiendo galletitas mientras veían una película, luego de pasar todo el domingo juntos, Luis se fue a su casa para estar a primera hora mañana, por otro lado en la mañana del lunes, ambas despertaron atrasadas, tiempo para desayunar no hubo, pero Mónica al menos llevaba galletas y una fruta para el camino, además del jugó.

Después de dejarla en la escuela a tiempo, aceleró para poder llegar a su junta, claro que excedió el límite de velocidad, luego trató de sobornar a un oficial y ya estaba dentro de la patrullera esposada, siendo llevada a la comisaría más cercana, mientras su camioneta era remolcada por una grúa.

- Usted no entiende -- dice desde la parte de atrás -- Acelere porque tengo una junta importante en menos de 15 minutos, si tan sólo me dejará llegar y al terminar me lleva esposada

- Lo siento pero no -- cierra la ventanita para ya no escucharla

- Es lo único que me faltaba -- niega y como puede busca su teléfono en el bolso -- Siri -- susurra -- Llama a Luis