Como Digas

Capitulo 1. La única buena decisión

- Buenos días Doña -- entra con una sonrisa trayéndole el desayuno

- Hola Magda -- se sienta quitándose la máscara para dormir

- Continúa durmiendo en el mismo lado de hace años -- le deja la charola sobre las piernas en lo que va abrir las cortinas

- La fuerza de la costumbre -- sonríe leve -- Fueron diez largos años

- Recuerdo que siempre peleaban por que usted quería el lado derecho de la cama -- ríe yendo al closet -- Y el señor Luis también

- Si pero al final me tuve que acostumbrar al izquierdo -- toma de su café

- Cuándo se divorciaron pensé que tomaría el lado derecho -- regresa enseñándole conjuntos

- Si yo también -- baja la taza -- Pero ya no me es cómodo, me quedó con el vestido rojo

- Vendrá a almorzar hoy a la casa? -- se lo deja sobre el mueble 

- Si, hoy me toca ir por Mónica a la escuela -- revisa su teléfono -- Se me va hacer tarde -- niega esforzándose para desayunar rápido

- Le pediré a Matamoros que preparé el coche, permiso -- la deja solá

Dejá la charola en la mesita de luz, sintiendo la soledad invadirle de nuevo baja la mirada a su lado vacío de la cama, llevaba cuatro años divorciada de Luis, el se había quedado con la custodia de Mónica, no por que ella sea una mala madre, así lo había querido la niña, pues era más apegada a su papá.

No la culpaba ni mucho menos, en el fondo sabía que fue una madre muy ausente, agradecía internamente que estuviera bajo los cuidados de su padre, el la comprendía y tenía mucho menos trabajo, aún así no tenía una mala relación con su hija de seis años.

No eran uña y mugre pero bueno, el divorcio había sido muy fuerte para la pequeña, si bien no recordaba mucho, si había presenciado las peleas entre sus padres mientras se adecuaban a este nuevo ritmo de vida, vivir en dos casas era algo difícil y agotador. Tomando una gran bocanada de aire se dispuso a salir de la cama, arrastrando los pies hasta el baño.

No podía seguir pensando en el pasado, se le haría tarde, luego de darse una buena ducha se colocó el vestido, soltando su cabello dejó libres a sus hermosas hondas rubias, un maquillaje sencillo, tacones y estaba lista, tomando su bolso descendió las escaleras, Matamoros la esperaba al final de ellas como todos los días, a escasos escalones para llegar al piso le extiende la mano.

Al tomarla escucha un "buenos días Doña" de sus labios seguido de un "tengo el carro listo, saldremos así apenas lo ordene" con una sonrisa ligera continúa el camino habitual a la puerta de salida, pronunciando que no hacía falta esperar, al ella salir Matamoros fue detrás suyo cerrando la puerta de la casa.

Minutos después estaban dentro del carro con dirección a la constructora, Altagracia iba atrás revisando una vez más de que trataría la reunión de hoy, ya lo había echó ayer pero por si las dudas lo hace de nuevo, Matamoros la observaba por el retrovisor negando con una sonrisa leve.

- El señor Luis estará en la reunión? -- indaga una vez se detiene en el semáforo

- No, esta semana tiene sus propias reuniones, en su constructora -- levanta la mirada -- Porqué?