[#1 Saga GIЯL STAЯK]
-¿Quién eres? ¿Y que haces aquí?- preguntó él confundido y atento a cualquier movimiento de la chica por si era una amenaza.
-Yo... soy...- no le salían las palabras, lo vuelvo a repetir, no le gusta la gente desconocida. Decidi...
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-Aria yo... yo...
Peter estaba muy nervioso. Sabía que tenía que hacerlo, que tenía que decirle como se sentía. Que era ahora o nunca. Pero los nervios le traicionaban.
-Yo... quería... bueno...
Aria también estaba nerviosa. Conocía lo que Peter estaba intentando decirle, o al menos esperaba que fuera lo que pensaba. Esperaba que le hiciera caso a Iron-Girl. Pero se aseguró de que los nervios no lo hicieran echarse atrás.
-Dilo. No pasa nada, Peter. Dilo por favor- si no lo decía él acabaría diciéndolo ella.
-Aria... tú... me gustas.
Peter bajó la mirada, tímido. Acto que le pareció adorable a la chica. Esta llevó una de sus manos del hombro del chico a su barbilla para volver a conectar miradas.
-Tú también me gustas, Pete.
Peter abrió los ojos, sorprendido, ya que no esperaba que sus sentimientos fueran correspondidos. Aria le sonrío haciendo que el chico se relajara y le devolviera la sonrisa.
-¿No es una broma, no?- Aria río levemente.
-No- susurró.
Esta se puso de puntillas acercando más su rostro al de Peter. En cuanto sus labios estuvieron a punto de rozarse ambos los entreabrieron dejando que sus alientos se mezclaran. Tenían el pulso acelerado y las ganas les inundó.
Eso fue lo que hizo que los dos acortaran la distancia dejando que sus labios se unieran al fin. El beso comenzó lento y torpe con la única intención de sentirse. Pero se tornó más profundo con el paso de los segundos.
Sus labios se abrían y cerraban encima de los del otro. Se mecían en un vaivén profundo y tierno trasmitiendo todo lo que se habían estado callando durante tantos meses. Todo lo que se querían.
-Wow- dijo Peter en cuanto se separaron.
Las frentes unidas y los ojos cerrados, así estuvieron durante unos segundos hasta que al final se separaron para mirarse a los ojos.
-¿Esto dónde nos deja?- preguntó tímido.
-Eres adorable- le dedicó una sonrisa tierna.- ¿Dónde quieres que nos deje?
-Pues... me... me gustaría estar juntos- y como si una chispa lo encendiera, se confesó.- Me gustas mucho, Aria. Cuando te vi caer en Washington te juro que el temor se apoderó de mí. Por casi te pierdo y si hubiese pasado no sé qué habría hecho sin ti. Hoy me equivoqué. Si fui al baile con Liz fue porque pensé que no era suficiente para ti. Tú eres una Stark y yo un simple...
