Espejo

Quemar

Ya casi nunca había paz. En los días posteriores a su regreso de Equestria, el mundo se había vuelto más duro y frío. Día a día, las cosas solo parecían cada vez más sombrías, y Sunset se preguntaba por qué se molestaba en absoluto.

Todos los días los pasaba haciendo los movimientos. Sunset solo hizo lo que siempre hizo, solo porque siempre lo hizo. Ni siquiera recordaba lo que pasó. Había estado hablando con su reemplazo, entonces escuchó la voz de Celestia. Lo siguiente que supo fue que estaba acostada en su cama en New Horizons mientras miraba el techo. Solo más tarde se enteró de que había una brecha de tres días entre los dos eventos.

Y allí estaba la vibración. A donde quiera que iba, la seguía, ya no se limitaba al libro. Un recordatorio constante del mundo que la había abandonado, una promesa falsa de que alguien la estaba buscando. Solo se detendría el tiempo suficiente para que ella se acostumbrara al silencio antes de no darse cuenta.

Había otras cosas A pesar de su precaución de evitarlos, a veces un espejo la pillaba desprevenida. Era la última clase del día, y la niña que estaba sentada frente a ella estaba usando un espejo de bolsillo para arreglarse el maquillaje. Sunset no lo había esperado, así que no lo había evitado. Y una vez que se dio cuenta, fue imposible apartar la mirada.

El espejo reflejaba perfectamente el entorno. No había nada allí que no debería estar, para variar, solo mostraba a la chica aplicando su lápiz labial, y el escritorio de Sunset posicionado detrás de ella. Y eso fue todo. Donde la misma Sunset debería haber estado, solo estaba la silla en la que estaba sentada, vacía.

La falta de su reflejo la cautivó, y ni siquiera se dio cuenta de que estaba mirando. Eventualmente, la otra chica se dio cuenta sin embargo. Se dio la vuelta y alegremente preguntó si Sunset la necesitaba para algo.

Sunset también dijo algo, pero no pudo recordar qué fue después. Sin embargo, lo que ella había dicho hizo que la otra chica dejara de verse tan alegre y volviera a darse la vuelta.

El resto de la clase pasó. La maestra continuó hablando sobre algo, el próximo examen o algo así. Era difícil de decir, Sunset solo escuchó algunas de sus palabras. Otros estudiantes parecían estar ocupados tomando notas. Sunset se preguntó si debería hacerlo también, hasta que se dio cuenta de que ya lo estaba. Bajó la mirada a lo que había escrito.

Ya no me necesita. Equestria ya no me necesita. Pensé que me iba a casa. No tengo un hogar No merezco un hogar. No tengo nada. No soy nada. Solo nunca seré nada. Ya no me necesito.

Sunset siguió escribiendo sus notas.

Sonó un tono por el intercomunicador, alertando a todos que se harían anuncios por la tarde. La subdirectora Luna siempre terminaba el día. Era otra voz que Sunset escuchó.

"Sunset Shimmer", dijo Celestia por el intercomunicador. Sunset ya sabía qué Celestia era. “No pienses que perteneces a este mundo más de lo que perteneces al mío. Nunca podrías pertenecer a ningún lado, nadie te querría jamás."

Sunset asintió con la cabeza. Ella sabía que era verdad.

“Me gustaría poder deshacerme de ti también. Ya he encontrado a un poni que te supera en todos los sentidos, después de todo. Pero tú eres mi responsabilidad y cumpliré mis obligaciones. Ven al auditorio de la escuela. Estaré esperándote."

Se cortó el intercomunicador y los estudiantes comenzaron a levantarse de sus asientos. La maestra dijo algo cuando salieron de la sala.

La mayoría de los estudiantes habían salido por la puerta cuando Sunset guardó sus cosas. Mientras guardaba sus notas en su mochila, notó una flor en el suelo. Ella recogió eso también.