Un demonio que se metía en lo más profundo de mis pensamientos y me controlaba. Me confundía y me manipulaba. Me decía ideas confusas y contrarias, me despreciaba y me animaba a atacar a los causantes de mi problema.
Necesito un exorcista que me lo saqué, pero no soy capaz. Mis labios están sellados y no podía decir ninguna palabra. Cuando iba a pedir ayuda, hablaba alto sobre mi voz y les decía a las demás personas cosas que no sentía. Me mentiste una, dos veces. No voy a permitir una tercera
Exorcista, estoy bien, solo te pido que pueda vivir tranquilo.