Años después de aquello el velo que pusiste sobre las heridas ha sido rasgado. Todos los recuerdos vuelven y te atormentan. Tiemblas, lloras en un intento de ignorar todo lo que pasó. La culpa vuelve a pedirte un baile y tú, obligado, se lo concedes.
El día se apagaba, todo se oscurecía y las estrellas apagaron su brillo. Ya estabas sumido en la desesperación. Sentías que ese demonio se volvía a meter en ti y suplicabas que saliera de tus pensamientos.
