El demonio se ha instalado en mí. Llevo meses así y lucho una batalla ya perdida. Quiero rendirme, quiero acabar con todo. Quiero desaparecer, quiero dejar de sufrir.
Estando de rodillas me levantaba. Le sonreía a la cara y volvía a la lucha. Él, sorprendido, veía como no me doblegaba y volvía a intentarlo. Algo dentro de mí me decía que no podía caer en el olvido ni rendirme.
Exorcista, escúchame. No sé como enfrentarme a eso. ¡Ayuda!
