Un joven tumbado en la cama, preocupado. Lo único que se podía escuchar era su respiración profunda. Una daga sobre su cuello y la sangre salía de su cuello manchando el cuello. Una suave mano llena de espinas por un tercero. El duro peso de la responsabilidad sobre sus espaldas. Sigue de pie, se sigue enfrentando. Se niega a ser pisoteado.
