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Metal bat.

No sería demasiado difícil esta vez, simplemente tenía que escabullirse de la sala donde el anciano profesor daba su monólogo, luego gatear por el pasillo sin ser vista por los otros profesores desde las ventanas y por ultimo correr hacía la entrada del instituto saltando la valla metálica y gritar libertad. Eso habría sido excesivamente fácil...si no fuera porque cierta persona ya estaba en aquel lugar.

Con sus manos se impulsó hacia arriba saltando con agilidad aquello que impedía su libertad, pero ante tal maniobra apresurada no notó a la persona detrás de esta. Todo se veía en cámara lenta mientras caía, como sus ojos conectaron, su sonrisa maliciosa y la expresión de sorpresa de la joven. Antes de que sus pies tocaran el suelo fue atrapada desde la cintura.

-Llegué a tiempo- sonrió socarronamente ante el desconcierto de la chica.

-Tu...¿que haces aquí?- preguntó intentando zafarse para, por lo menos intentar escapar de alguna forma.

-Es la segunda vez esta semana, ¿no puede quedarse tranquila en algún lugar? Haces mi trabajo de héroe más difícil- se quejó recordando la misión que la asociación de heroes le encargó con aquella chiquilla.

"Proteger a la hija de uno de los principales patrocinadores"

En un comienzo pensaba que se trataría de la típica hija de padre millonario, una joven presuntuosa además de orgullosa y gustos caros. Pero la realidad era bastante diferente y terminó encontrando alguien un año menor que él, quien gustaba de meterse en constantes problemas.

-¿Me entregaras?- aquella voz aguda y delicada lo saco de sus pensamientos, era increíble el contraste de su voz con sus acciones y vocabulario.

-No, ya saliste...así que vayamos a otro lugar.

Comenzó a caminar sumergido en sus pensamientos. Desde hace una semana que conocía a la joven y constantemente tenía que estar a su lado por seguridad, debido a que los monstruos comenzaron a salir en masa y atacar las diferentes ciudades, entonces la asociación tomó la decisión de que ciertos héroes debían encargarse de aquellos que los patrocinan, algo clasista a decir verdad... pero estaba feliz, tenía unos puntos a favor y solo lo hacía pasar mal rato cuando se escapaba.

-Estoy bastante cómoda aquí pero ¿no me bajaras?

Volvió a la realidad, donde aún la cargaba desde su cintura. Lentamente la dejo sobre el suelo disculpándose con un leve sonrojo, que idiota debió verse cargandola y con todos observandole.

-No importa- dijo restandole importancia para posteriormente esbozar una amplia sonrisa mientras tomaba la mano del héroe guiandolo -Te invito a comer, la verdad me salté el almuerzo y tengo ganas de ver la nueva cafetería.

Punto número uno a favor, era una golotona.

   [...]

Estaba sentado frente a ella en el amplio y reluciente establecimiento, una cafetería bastante llamativa y con algún que otro adorno que se veía desde lejos su costo. Observaba el menú buscando algo que pedir por obligación de la joven, aunque en su subconsciente solo estaban las quejas respecto a los precios excesivamente altos. Su mirada variaba hasta el rostro de la joven, quien parecía concentrada en un punto fijo de la carta entre sus manos. De repente sus ojos brillaron y rápidamente alzó la mirada hacia él sonriendo de lado, algo tramaba...

-¿Ya sabes que pedir?- preguntó con entusiasmo a lo que él negó  -Bien, pediré por ti.

En aquel momento una chica llegó a su lado con una pequeña libreta y un delantal con el logo del establecimiento, miró al héroe de arriba abajo para sonreír de una forma peculiar, acción que no pasaba desapercibida para (t/n).

One punch man [One Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora