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Genos

Aquel día era extremadamente agradable, el sol en lo alto calentaba solo lo necesario sin llegar a ser molesto, las nubes rodaban por el hermoso cielo y la brisa resultaba amena. Perfecto para hacer una visita a un ex compañero de trabajo, pensó la joven con una suave sonrisa.

Mientras tanto en el departamento del héroe se encontraba el dueño observando la televisión sin preocupació, en la cocina estaba el cyborg con un delantal rosa preparando el almuerzo o la cena. Algo común desde que se volvió el discípulo del héroe de traje amarillo. Ambos tranquilamente en su mundo fueron sorprendidos por el sonido del timbre. Genos estaba confundido y observó hacia su sensei, el cual alzó una ceja observando la hora y aquella expresión tranquila cambió por una sorprendida y temerosa.

-Genos quítate eso y siéntate- dijo con rapidez mientras recogía algunos de los mangas dispersos por el suelo.

Genos alzó una ceja pero no reprochó una orden de su sensei. Se quitó el delantal dejándolo sobre el mueble y se sentó frente la pequeña mesa de la sala observando como el héroe de traje amarillo tomaba todo y lo lanzaba a otra parte para ocultarlo. Nuevamente el timbre sonó y Saitama esta más nervioso.

-¿Necesita ayuda?- preguntó Genos pero Saitama negó más calmado.

Cuando la sala parecía más ordenada el calvo se acercó hasta la puerta abriendo con una leve sonrisa nerviosa y saludó a la persona detrás de esta. Genos intentó desde su lugar observar sin conseguirlo, pero en eso una figura se adentro sin permiso como si fuera su casa.

-Saitama te dije que vendría y aun así...apuesto a que hiciste todas las cosas ahora- dijo molesta recriminandole al calvo, quien solo sonreía algo nervioso.

Pero la mirada de la joven dio con otra cosa, o más bien persona que le observaba. Aquel iris brillaba y su rostro lucía serio, alzó una ceja curiosa. El cyborg de igual forma mantenía su vista sobre la joven sintiendo bastante curiosidad sobre aquella persona que recrimina sin miedo y respeto su sensei. La joven incrédula giro hacia el héroe calvo cruzando sus brazos por sobre su pecho.

-¿Raptas niños ahora?- pregunto con un toque de burla que hizo fruncir el ceño del rubio.

-¿¡Que!? ¡No! Él llegó por su cuenta, quiere ser mi discípulo.

-Oh...- volteo observando más de cerca y analizando al cyborg -Soy (T/n), ex compañera del ultimo trabajo de Saitama- sonrió y el rostro del héroe permaneció observando aquella sonrisa antes de responder.

-Un gusto, Soy genos- dijo sin apartar la mirada de aquel iris de la joven.

-Bien, ¿Tienes algo de comer, Saitama?- pregunto hacia el susodicho quien estaba observando a ambos desde atrás. Asintió y la joven fue hasta la cocina siendo seguida por los dos héroes, esto bajó la curiosa mirada del sensei a su discípulo.

-Por cierto- alzó la bolsa que cargaba y una sutil sonrisa se posó en sus labios -Traje helado.

Una sonrisa que quedó grabada en la mente del cyborg.

[...]

Los días pasaron y la joven debía volver de sus vacaciones al trabajo, a aquella monotonía de los días y el significado de menos salidas con sus viejos amigos o menos visitas a la casa del héroe. El cual durante una semana le estuvo recibiendo constantemente en su departamento, y si no era Saitama era Genos, el cual de igual modo le daba constantemente la bienvenida de forma cálida a pesar de ser un joven serio.

Para el cyborg ver aquella sonrisa de la mujer le resultaba agradable, casi hipnotizante. Su forma suave pero firme de hablar le gustaba y cada vez que le observaba deseaba acercarse más. Acciones que no pasaban desapercibidas para Saitama o para la misma joven, quien de igual modo aceptaba las muestras de cariño del chico con una sonrisa.

One punch man [One Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora