☆Deberes reales☆[Rubegetta]

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Tres años después

Rubius había crecido, ya tenía quince años, su hermano auron tenía veinte años, a sus veinti cinco lo coronarían como nuevo rey del reino de los osos, rubius se había vuelto muy amigo de Borja, a quien le habían puesto de apodo luzu, de Alejandro, a quien le habían puesto alexby y a su mejor amigo miguel, a quien le decían Mangel, aunque bueno, rubius siembre le decía mahe, claro también estaban David, al que le apodaron Fargan y Guillermo a quien le apodaron Willy, los payasos del grupo al que a veces se sumaba lolito, y Samuel pues...se empezó a llevar un poco más mal  de lo que debía con el híbrido oso ya que casi siempre estaban peleando por cualquier cosas

auron también se hizo muy amigo de todos, en especial del príncipe de los tigres luzu, con quien ya lo empezaban a molestar amorosamente, las parejas confirmadas eran hasta el momento lolito y Mangel, y de la que se sospechaba era la de Fargan y Willy

Edades y clases

Rubius: 15 omega
Vegetta: 18 alfa
Luzu: 20 omega
Auron:20 alfa
Alex: 15 beta
Mangel:18 beta
Lolito:20 alfa
Fargan:18 beta
willy:18 alfa

Narra rubius
Hoy es el cumpleaños de Samuel, por lo que me tocaba viajar a su reino, la verdad no estoy muy entusiasmado por ver a vege, al que quería ver era a mi mahé, ya que llevamos más o menos medio año sin poder vernos y no me gustaba estar sin mi mejor amigo, claro que esta no era una fiesta cualquiera, si no la fiesta de dieciocho años de vegetta, ósea que su prometido debía estar bien presentado para la ocasión...

Un atuendo lindo y atractivo, pantalón de tela negro, zapatos blancos, y como era el cumpleaños del azabache una camisa manga larga lila junto con mi distintivo collar negro pegado al cuello, definitivamente candy se había superado con el atuendo.

Lo que menos me agradaba era el clima del otro reino, yo siendo un oso polar no puedo durar mucho tiempo en esas temperaturas, aunque ya me he acostumbrado un poco debido a todas las veces que he tenido que ir a visitar a vegetta, de todas maneras puede ser muy sofocante aveces.

Ya estábamos por llegar, el clima me estaba afectando un poco pero la ropa suelta que llevaba aliviaba un poco el calor, al llegar al castillo de los lobos al primero que vi fue a vegetta esperando con una mirada seria, no le tome mucha importancia, al lado de él estaba Mangel, lo que me hizo empezar a mover mi colita de un lado a otro, había pasado tanto tiempo desde que no lo veía... Mi hermano me saco de mis pensamientos

— Recuerda primero saludar a Samuel —lo dijo en un tono un poco serio

— si, si, como sea — dije restándole importancia, a lo que auron suspiro pesadamente

Cuando nos abrieron las puertas del carruaje yo fui el primero en salir, bajo la atenta mirada de todos, en especial la de Samuel, que siempre que me veía sus mejillas se tornaban de un color más carmesí, aunque quería ir a saludar primero a mi mahe, le hice caso a mi hermano y me dirigí primero hasta Samuel, nos saludamos como siempre lo habíamos hecho, el agarro suavemente mis mejillas y me dio un beso tierno en la frente y yo le respondí con uno en la mejilla, luego de eso fui casi corriendo hacia mi mahe quien me dio un fuerte abrazo, definitivamente somos los mejores amigos, aunque a Samuel no le guste mucho

Al entrar al castillo el primero en abrazarme fue Borja, quien posterior mente se dirigió hacia mi hermano y fue a saludarlo, luego Alex, Fargan, lolito y por ultimo Willy

Willy y yo siempre habíamos sido buenos amigos y como él era el mejor amigo de vegetta nos saludábamos un tanto diferente, solo para ver cómo se molestaba y ponía cara de fastidio, siempre me saludaba dándome un beso en la mano y yo haciéndole una reverencia como la primera vez que nos vimos, al hacer esto todos se pusieron a reír, el único fastidiado era vegetta

— He!he! willy!! — todos empezaron a reír más fuerte, pero aun así no me gustaba ver a vege enojado todo el tiempo, más si era mi culpa, así que a veces lo complacía

— cálmate un poco vegetta — dije muy risueño, me acerque a él y le di un beso en el cachete, vegetta se puso rojo a más no poder y todos empezaron a gritar súper sorprendidos, yo solo me di la vuelta y me dirigí hasta el salón principal ignorando todas las estupideces que decía Fargan

La cena trascurrió normal, ya que estaban adultos y jóvenes reunidos, así que nadie decía ninguna tontería, hasta que Ezequiel el padre de vegetta hablo

— Hijo... Estoy muy feliz por ti, por fin cumples dieciocho años, lo que significa que ya eres todo un hombre... Por cierto quiero tres nietos — al oír eso yo casi me atraganto y vegetta que estaba al lado mío se puso rojísimo — todo el mundo se estaba riendo, auron...Pues de no ser por luzu se hubiera caído al suelo ya que casi se desmaya

— P-PAPA! —definitivamente vegetta estaba descontrolado

— ya oíste a tu padre Samuel, además yo también quiero tres nietos — esta vez el rey de Luque fue quien hablo, las risas se hicieron mucho más fuertes y mis mejillas también empezaron a arder, haciendo que bajara mis orejas y tapara mi cara con mis manos

— USTED TAMBIÉN?!— reprochaba Samuel

El resto de la cena fueron risas y mejillas sonrojadas por parte mía y de vegetta, como toda fiesta adolescente cuando se acaba la cena es que empieza la verdadera diversión, un salón con todas las personas bailando y disfrutando, la verdad es que me encantaría participar, pero era muy sofocante para mí, además no quisiera desmayarme y que la fiesta se arruinara por mi culpa

sin decir nada salí a la parte trasera del castillo, donde estaba situado el jardín, aunque no era tan grande como el mío me causaba mucha paz, mas estando en la zona que habíamos hecho Samuel y yo, Era una manta puesta en el pasto repleta de cojines, junto una mesita que contaba con nuestros libro favoritos, al rededor habían varios faroles, que le daban un toque más acogedor al lugar, en especial en una noche estrellada como esta, el único espacio en el que Samuel y yo estábamos en paz era mientras leíamos sentados en ese lugar, nuestra compañía y la de los libros era lo mejor que nos podíamos entregar, me senté en la manta y empecé a leer, hasta que alguien llamó mi atención

— Hola Rub, que haces aquí solo — vegetta se veía un poco extrañado, él sabía que me encantaba estar con mis amigos

—ah.... no es nada, solo estoy leyendo un poco, además... no quiero desmayarme en plena fiesta por hiperventilación — eso ultimo lo había dicho en un tono más burlón, lo provoco una risa a vegetta

— hombre... Me hubieras dicho, con gusto te acompañaba — dijo mientras se sentaba al lado mío y también cogía un libro

— no tienes que hacerlo si no quieres, además se veía que estabas disfrutando tu fiesta — intentaba que me dejara solo, ya que no quería que se preocupa por mi

— aun así soy más feliz contigo — esas palabras hicieron que sonriera de lado y mis mejillas se coloraran, nos pusimos a leer muy tranquilamente uno al lado del otro, no sé cuánto tiempo paso, pero ya nos habíamos terminado dos libros y mis parpados me empezaron a fallar, sin poder más deje mi libro a un lado y recosté mi cabeza en el hombro de vegetta, este al inicio se sorprendió, pero cuando noto mi cansancio recostó suavemente mi cabeza en sus piernas y empezó a darle caricias a mi cabello, esa acción siempre me relajaba, por lo que ya sentía como me quedaba dormido, antes de caer rendido solté un poco de mi aroma, que sabía que tranquilizaba a vegetta, sentí como olisqueaba el aire placenteramente, para por fin caer los dos dormidos