XIX. 𝐑𝐄𝐒𝐎𝐋𝐔𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒

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Los jugadores de ambos equipos se saludaron luego del partido.

─Jugaste genial, Misugi-kun─ le dijo Chihaya.

─Igualmente. Defiendes muy bien.

La pelimenta quedó con la cara roja luego de hablar con semejante bombón.

─Eres toda una fiera en el campo, pequeña─ Ishizaki le despeinó el cabello a Rika.

─Jiji, y tú pareces un mono.

El rapado cayó al suelo.

─Morisaki, como portero eres asombroso y siempre te esfuerzas por ver a tu equipo crecer─ Posuka lo tomó de las manos.

─Gracias, Posuka─ le sonrió.

La guardameta del Hakodate le tiene un enorme respeto a Morisaki.

─Kimiko, eres una excelente jugadora─ Hyuga le tocó el hombro.

─Tú no te quedas nada atrás, Kojiro. Sigo viendo tu tiro del tigre y me sigue inspirando el mismo miedo que la primera vez que lo vi, jaja.

─Pero esa jugada que hiciste con Shizuka fue fabulosa, lo sacó a bailar.

La pelinegra rio.

─Yo la vi y enseguida pensé que no tiraría desde ese ángulo, entonces me puse en un lugar de la portería donde pudiera pasarme el balón y anotar el gol yo.

─Fue una buena estrategia. Ustedes son el orgullo del fútbol femenino. Sigan jugando así y van a llegar muy alto en el fútbol en general. Un equipo como ustedes sí da ganas de ver.

─Kojiro...─ sus ojos brillaron.

El moreno se quitó la camiseta y se la entregó a su amiga.

─Intercambiemos camisetas.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Kimiko.

─Claro─ se quitó la suya. Tenía un top negro debajo de ella, por eso no había problema alguna en quitarse la camiseta. Hyuga se colgó la de Kimiko en el hombro, y ella se puso la de Kojiro─. Jaja, me queda un poco grande y está muy sudada.

─Somos compañeros de sudor, no lo olvides.

─Jajaja, qué asco.

─Te queda bien el blanco.

─Gracias, y la mía te queda pequeña, te queda como si fuese un top. 

─No me daría vergüenza ponérmela, ¿sabes? No importa que sea rosa y pequeña, me la pongo igual.

Kimiko rio con ganas. Kojiro sí que sabe hacerla sentir mejor. Cada vez es mayor su sueño de irse a vivir con él a un lugar muy lejano de su casa, un lugar donde puedan vivir en paz.

Akari observó esa escena con mucha ternura.

─Akari─ le habló el moreno.

─¿Huh?

─Buen juego─ le extendió su mano para que ella le diera la suya. La peliblanca la miró por unos segundos─. Dame la mano o te romperé ambas piernas.

─Bueno, bueno─ ambos se dan la mano.

A partir de hoy ya no se van a odiar.

Las demás se saludaron con los suplentes también. Shizuka habló con Taki por primera vez, Abril conoció a un chico llamado Kisugi, que la felicitó por ese gol. Miye habló con Sano, un mediocampista, Seiren persiguió a Misaki por todo el banco de suplentes, suplicándole que sea su novio.

─¡AYÚDENME, POR FAVOR!

─¡VEN ACÁ, HERMOSO!

─Seiren-sempai─ Himari miraba sorprendida a su amiga.

𝗛𝗔𝗦𝗧𝗔 𝗟𝗔𝗦 𝗠𝗨𝗝𝗘𝗥𝗘𝗦 𝗣𝗨𝗘𝗗𝗘𝗡 𝗝𝗨𝗚𝗔𝗥 𝗙𝗨𝗧𝗕𝗢𝗟 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora