Capítulo 13: La princesa y el dragón.

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SCARLETT

El rostro del culpable no es más ni menos que el de Augustus, quien me mira con una sonrisa cínica. 

Era bastante predecible el hecho de que se iba a vengar pero nunca pensé que me haría algo como esto.

De repente, una gran sensación de miedo invade mi cuerpo. Apenas conozco al chico enfrente mío, no se de lo qué es capaz de hacer y hasta qué punto podría llegar por una tonta guerra de bromas. Me llega a la mente las veces que Bruce, Shane, Jacob y Milo me advirtieron seriamente de no molestarlo, esos recuerdos hacen que mi pánico aumente considerablemente.

—Preciosa Scarlett, ¿cómo va todo? —me pregunta burlonamente, y yo lo miro con todo el odio y rechazo que me sale. Él se ríe.

De reojo, observo que detrás mío tengo a dos o tres chicos sujetándome. Podrían hacerme cualquier aberración y nadie se enteraría ya que estoy considerablemente alejada del internado. Eso me hace pensar en la persona que me condujo a este horrible lugar y me tendió una trampa. Realmente me duele que Matthew haya hecho esto, tal vez fue amenazado pero podría haber confiado en mí así como yo confié en él desde un principio.

—Si mal no recuerdo, la última vez que hablamos tú prometiste que nos íbamos a encontrar aquí e ibas a cumplir tu parte del acuerdo. Pero... no viniste. Te esperé por más de una hora y no apareciste. Por lo tanto, si tu no vienes tengo que ir a buscarte, y aquí estamos cariño. —habla con tono serio y rencoroso. Después, con la mano hace una seña a alguno de los chicos detrás mío y quién tapaba mi boca con la mano deja de hacerlo. —¿Algo para decir antes de que procedamos a la siguiente parte? —cuestiona y yo frunzo el ceño.

—¿Qué siguiente parte? Augustus por favor no me hagas nada. Perdón por haberte desafiado, te prometo que no se va a volver a repetir. —le suplico con desesperación y él ni se inmuta.

—Perdóname tu a mi, pero no voy a permitir que una niña me humille. No tengo nada en contra tuyo, lo que voy a hacer a continuación es para proteger mi reputación en Northride.

Antes de que pueda replicar ante su respuesta, vuelven a taparme la boca y sujetarme fuertemente de los brazos. Augustus se acerca a mi y con una sonrisa idéntica a la de un demonio, levanta sus manos y comienza a desabotonar la camisa que llevo puesta. Su gesto me alarma e intento con todas mis fuerzas soltarme de quienes me sostienen pero sólo logro que su agarre aumente.

Cuando me deja abierta la camisa, con un dedo traza el camino de piel desde mi cuello hasta toparse con la tela de mi sujetador y me mira con lujuria. Mientras tanto, yo empiezo a sollozar de miedo e impotencia.

Deja de tocar mi sujetador y prosigue hacia la parte de abajo. Con mis piernas trato de defenderme pero alguien me las sujeta por detrás, sin embargo no dejo de moverme descontrolada. Augustus baja el pequeño cierre de mi falda del uniforme y lo siguiente que oigo es que la prenda cae al piso dejando mi cuerpo cubierto sólo por las bragas y el sujetador. Cierro los ojos fuertemente sin querer ver lo que viene a continuación. Noto como varias manos tocan mi trasero, mis pechos y piernas. Lo único que siento es asco.

Luego de unos segundos, sus toques se detienen y presiento que se deben estar preparando para la peor parte, sin embargo todo lo que oigo de un momento a otro son risas. Abro mis ojos y los veo carcajeándose a costa de mi sufrimiento.

—¿Pensabas que realmente te íbamos a violar? Sólo quería asustarte, tampoco soy tan monstruo. —se burla Augustus.

A este punto, yo me encuentro temblando y con las mejillas cubiertas de lágrimas, sin contar que todavía estoy en ropa interior.

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