Capítulo 17: Elegir.

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♥️

BRUCE

Observo furioso mi dormitorio. Me dirijo a mi escritorio y con rabia tiro al piso todo lo que se encuentra en él.

A los pocos minutos, la calma llega a mi cuerpo apaciguando aunque sea un poco el enojo y la impotencia que siento.

Esto es una mierda.

A mi mejor amigo le gusta la misma chica que me gusta a mi. E inclusive acabo de presenciar como jodidamente se besaban.

Si fuera una simple atracción lo que siento por Scarlett, no me importaría resignar y retirarme para que Jacob tenga vía libre. Pero no es así. Scarlett ha hecho que experimente cosas que no he sentido ni por asomo con otras mujeres.

No soporto ni soportaría verla con Jacob. ¿Acaso está mal que la quiera sólo para mi?

Sentado en mi sofá, me taladro la cabeza buscando una manera de salir de este embrollo. Sin embargo, nunca llego a nada. No se puede buscar una respuesta racional si de sentimientos estamos hablando. Aunque lo quiera evitar, al menos uno de nosotros saldrá lastimado.

Con una idea clara en mi mente, me levanto y me encamino hacia la puerta. La abro y atravieso el pasillo hasta dar con el dormitorio de Jacob y Milo.

Doy unos golpeteos con ritmo a la madera en señal de clave y luego sin esperar que me contesten, abro la puerta y me adentro en la habitación.

Diviso a Milo acostado en su cama mientras lee un libro y a Jacob justo saliendo del baño.

—Bruce. —se asombra al verme Jacob.

—Tenemos que hablar. —digo con seriedad.

—Claro. —asiente.

—¿Necesitan que me vaya? —pregunta Milo sin sacar los ojos de su libro.

—Puedes quedarte si quieres. —le concedo con un tono más suave.

Realmente, no me importa que Milo escuche lo que va a escuchar porque sé que a pesar de que casi todo el tiempo se la pasa bromeando, es un amigo muy fiel en el que confío plenamente.

—¿Estás molesto? —la pregunta de Jacob me desconcierta.

Suspiro intentando no estar a la defensiva. Es mi mejor amigo, se preocupa por mi, siempre lo hizo.

—Si. —admito.

—¿Por el beso con Scarlett?

Me tenso y bajo la mirada.

—Sí, y por lo que sientes por ella. —lo miro a los ojos y él frunce el ceño.

—¿Ella te gusta?

—Y a ti también te gusta.

—Respóndeme. ¿Ella te gusta en serio o es sólo un capricho? —reclama haciéndome enojar.

—¿Por qué sería un capricho? ¿Acaso soy yo un tipo caprichoso? —expongo con indignación.

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