Capítulo 10: Jugando con fuego.

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SCARLETT

Llego a la conclusión de que, mientras nos bañábamos, alguien entró al cambiador y se llevó nuestras ropas. Estamos solamente con toallas puestas. Y deberemos salir así, porque también nos han quitado nuestros celulares y, por lo tanto no podemos llamar a Jacob o a algún otro chico para que nos traiga ropa.

De pronto, me sorprendo al escuchar la carcajada de Milo y lo miro confusa. ¿De qué se ríe?

—¿Qué es lo gracioso? —brama Bruce.

—Me río de lo ridícula e infantil que es la broma que nos hicieron. —dice cuando consigue dejar de reír.

—Tienes razón, pensé que sería peor. —coincide Bruce.

—¿Peor?, no creo que sea una broma ridícula. No quiero salir y que todos me vean casi desnuda. —me indigno, señalando la toalla que apenas cubre mi cuerpo.

Los dos me echan un vistazo, con expresiones serias en sus rostros. Estoy segura de que no me tuvieron en cuenta cuando pensaron que la broma era "ridícula". Para ellos no debe ser preocupante salir con sólo una toalla en su cintura, pero para mí si lo es.

—Oh, cierto. —murmura Milo.

Bruce asiente pensativo. —Será mejor que salgamos ahora rápido, porque en 10 minutos sonará el timbre del recreo. —dispone fijándose en su reloj.

Milo y yo asentimos.

Sujeto bien la toalla para que no se me caiga, y con mi bolso en manos, nos decidimos a salir. Cruzamos la piscina y nos dirigimos a uno de los principales pasillos de Northride, el cual conecta las aulas con las casas. Por suerte, no encontramos a nadie en éste.

—Esto es tan excitante. —susurra Milo, y Bruce y yo lo fulminamos con la mirada.

Faltando poco para que lleguemos a Aristóteles, doblamos en una esquina de el pasillo y nos detenemos abruptamente.

Obstaculizando el corredor, se encuentran Augustus y detrás de éste, aproximadamente diez chicos de Sócrates.

—Ya era hora, los estábamos esperando. Pero... pensé que vendrían un poco más presentables. —habla Augustus, mientras echa un vistazo a nuestros cuerpos con una sonrisa maliciosa.

—¿Qué quieres? —responde tajante Bruce.

—Siempre tan directo Bruce. Mejor digan ustedes que es lo que quieren.

—¿Pasar? —ironiza Milo.

—Exactamente. Ustedes quieren pasar, pero no pueden porque estamos nosotros impidiéndolo. Entonces, para que puedan pasar deben hacer algo. —dice el líder de Sócrates. Realmente se expresa como un político.

—¿Qué debemos hacer? —pregunta Bruce con tono cansado.

—Haremos un pequeño sorteo con sus nombres, y el que salga primero deberá quitarse la toalla. —explica.

Bruce suelta una breve carcajada, se calla y dice seriamente. —No.

—Entonces, no pasarán. Yo que ustedes, aprovecharía ahora antes de que toque el timbre. Además, sólo serán 10 segundos.

—Yo me ofrezco voluntariamente, no tengo problema en mostrar mi fascinante aparato reproductor. —propone Milo, y se que lo está haciendo por mí.

—Alto ahí McGowan. Si te desnudas por voluntad propia, sería aburrido. Tiene que ser un sorteo.

—Tu lo único que quieres es ver a Scarlett desnuda, y no voy a permitir que eso pase. —interviene Bruce, en mi defensa.

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