Capítulo 22: In fraganti.

282 23 12
                                    

♥️

SCARLETT

Desde mi reconciliación con Bruce, los días han transcurrido rápidamente, y el invierno se hace presente junto a las noches y mañanas extremadamente frías.

El día de ayer, al ser domingo, Bruce me invitó a nuestra primer cita oficial. Por supuesto, no fuimos a un restaurante o a algún sitio parecido debido a que sin la autorización de nuestros padres no podemos salir del internado, sin embargo Bruce me preparó una velada muchísimo mejor.

Al mediodía, entró en mi dormitorio y tomándome de la mano, me dirigió hacia el bosque. Luego de caminar alrededor de 20 minutos, me hizo detener y me vendó los ojos. Cuando finalmente me quitó la venda, quedé fascinada con el escenario frente a mi. El agua de una gran cascada caía con majestuosidad, formando un pequeño estanque con aguas claras, que eran iluminadas maravillosamente por el sol. Por unos segundos, me quedé sin palabras. El rubio tomó mi mano nuevamente y me ayudó a subir sobre unas grandes piedras ubicadas muy cerca de la cascada, sin embargo las gotas de agua no nos llegaban. Sobre una gran piedra lisa, visualicé dos almohadones rodeando un mantel de cuadros sobre el cual se encontraba una canasta y varios aperitivos desparramados armoniosamente. Con una sonrisa, giré mi cuerpo hacia Bruce, lo besé y le hice saber lo mucho que me encantó su sorpresa. De esa manera, pasamos las horas entre cantos de pájaros y el ensordecedor pero relajante sonido del agua cayendo, disfrutando de nuestra presencia entre besos, caricias y risas.

No podría pensar en la idea de una cita mejor de la que tuve ayer. Mis expectativas fueron increíblemente superadas. Simplemente, quedé encantada.

—Buen día, ángel. —escucho el saludo de Milo y giro a mirarlo cómo con un bostezo se sienta en la mesa.

Hoy me levanté extrañamente más temprano de lo normal, y la razón es que no podía esperar más para ver a Bruce. Por lo cual, en este momento, junto a Milo estamos sentados en la cafetería y listos para desayunar, mientras yo espero ansiosamente que un rubio con ojos azules que me tiene delirando haga acto de presencia.

Al cabo de unos minutos, lo veo aparecer por la entrada y dirigirse hacia nuestro sitio. No puedo evitar quedarme hipnotizada observando la manera tan atractiva en la que camina. Tan atontada estoy que apenas distingo que viene junto a Jacob. Rápidamente, quito bruscamente mi mirada del rubio para no levantar sospechas frente a Milo y Jacob. Porque todos estos días se han tratado de lo mismo: pretender y fingir que Bruce y yo todavía seguimos distanciados cuando en realidad es todo lo contrario, cada vez estamos más cercanos, de todas las maneras posibles. Si bien Bruce me prometió que le iba a decir la verdad a Jacob acerca de nosotros, todavía no lo ha hecho. Según él, nunca es el momento adecuado para hablar. Y aunque la situación me tiene un poco consternada, no lo culpo porque es entendible que en el fondo tenga miedo de hablar con su mejor amigo para confesarle cosas que van a terminar lastimándolo, y más ahora que ellos parecen estar muy unidos luego de todo lo que sucedió.

—Buen día. —saludan a la vez Bruce y Jacob. mientras toman asiento. El pelinegro se sienta al lado de Milo, es decir enfrente mío, y Bruce intencionalmente procede a sentarse a mi lado.

Comenzamos a desayunar con normalidad, es decir, comemos entre las bromas de Milo, las anécdotas de Jacob, los comentarios de Bruce y mis escandalosas risas, en resumen, somos la mesa menos silenciosa de toda la cafetería.

Mientras tomo un sorbo de mi té y escucho a Jacob quejarse de su profesor de matemática, un toque en mi rodilla me sorprende. Giro disimuladamente hacia mi derecha y descubro a Bruce con una pequeña sonrisa traviesa mirando hacia el frente y fingiendo prestar atención a las palabras de su amigo. Desliza su mano hacia arriba y cuando creo que hará algún movimiento atrevido bajo mi falda, su mano se detiene sobre la mía, la cual se encontraba en mi regazo para luego entrelazarlas y hacerlas encajar como dos piezas de rompecabezas. El gesto me derrite completamente.

Te encontré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora