Capítulo 19

166 12 0
                                    

Estábamos sentados en silencio en el verde césped de los terrenos de Hogwarts, detrás de una colina para que no nos vieran. Sirius me había contado cómo salir del castillo a los terrenos e incluso fuera de ellos sin ser visto: él tenía unos cuantos trucos bajo la manga. No esperaba menos de él.

Recordé aquel momento en que relataba sus aventuras en Hogwarts con una sonrisa imborrable en el rostro.

Había millones de dientes de león en el césped, algunos florecidos y otros ya hechos semillas, desarmándose en hermosos palitos peludos de color blanco. El Sauce Boxeador tenía algo de escarcha que se iba derritiendo con el calor de ese día y el cielo estaba de un precioso color celeste, con algunas nubes blanquecinas. Todo parecía salir de un cuadro.

Él sacó del bolsillo de su saco un paquete de cigarrillos y unos fósforos y me los mostró, ofreciéndomelos.

- ¿Qué haces con eso? - lo miré asombrada. Él no podría haber fumado algo en su vida más que mi presencia. Simplemente era imposible.

- Se los robé a Richard - me contó, encogiendo los hombros -. El olor a cigarrillos que venía de su cuarto me volvía loco - reí ante lo que lo había llevado a cometer tal crimen y acepté la oferta.

Miramos el paisaje por lo que pareció en el momento una eternidad. Una eternidad en la que no me molestaría vivir.

- ¿Qué me dirías - comencé a decirle terminando con aquel pacífico silencio - si te dijera que puedes ir a donde sea ahora mismo? Adonde tú quieras.

- Te diría que no. No podría saludar a mi familia - respondió, contemplando el árbol mágico agitar sus ramas.

- Les envías una carta - fue lo primero que pensé y salió de mi boca, restándole importancia. Sin embargo, luego entendí que él amaba a su familia y ellos a él, y no podría irse sin decir adiós. No era como yo -. Lo siento - hubo un breve silencio - pero, si pudieras despedirte antes, ¿a dónde querrías ir?

- Quisiera viajar por todo el mundo - contestó, mirándome detenidamente.

- Yo también - coincidí con él - pero si pudieras ir a un sólo lugar en el mundo. Sólo uno, ¿cuál sería? -. Él se quedó pensando por un momento, observando el pasto a nuestros pies.

- Al sur de Francia - me miró mientras me contestaba, asintiendo con una sonrisa -. ¿Y tú?

- A cualquier lugar en realidad - observé las nubes moverse lentamente gracias al viento y me tiré de espaldas al pasto con mi brazo izquierdo debajo de mi cabeza y sosteniendo el cigarro con la mano derecha, haciéndolo bailar entre mis dedos. Él también se recostó mientras me miraba, ignorante de que lo veía de reojo.

- ¿Qué miras, genio? - le pregunté con una sonrisa, girando mi cabeza hasta que mis ojos quedaron a la altura de los suyos.

- N-nada - contestó con una amplia sonrisa. Reímos unos segundos y seguimos observando las nubes que parecían ser de algodón -. Tú también deberías escoger un lugar.

Lo pensé por un momento -. Francia suena bien, la verdad. Boinas, croissants, la torre Eiffel...

- Si eso es todo lo que hay en Francia para ti, te sorprenderás al llegar allá - se burló de mí. Yo rodé los ojos y reí. Hubo unos instantes de silencio.

- ¿Qué pasaría si nos largáramos de aquí a Francia? Luego de saludar a tus padres y a tus hermanos, empacamos todo y vamos a la ciudad de las luces, y trabajamos en una biblioteca y... - comencé a hablar rápido, entonces él llamó mi atención.

- Hey, - dijo él, por lo que lo miré a los ojos - ¿qué ocurre? 

Lo que ocurre es que debo matar a un chico inocente, ser cómplice en el asesinato del Director y traicionar la confianza de Harry para ayudar al hombre que le quitó a sus padres e incluso a mi propia madre, pensé para mis adentros. Sentía un nudo en mi garganta y unas ganas de llorar inmensas. Me limité a tragar saliva y contestar su pregunta.

La hija de Voldemort: Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora