- Ven a dormir a mi dormitorio - sugirió él en la entrada de su Sala Común. Lo miré muy confundida -. ¡NO! No así, yo... Creo que necesitas un lugar fresco y acogedor para dormir. Tú te ves terrible también - se explicó rápidamente. El rubor subió a sus mejillas y había llegado para quedarse.
No estaba muy convencida, pero él tenía razón. Hacía tres días seguidos ya que no podía pegar ni un ojo a la almohada y, habiéndoseme acabado el corrector de ojeras que había robado en una tienda, las ojeras hablaban por sí mismas.
Además, no había podido idear un plan para adentrarme en la sección prohibida y ni siquiera tenía la certeza de que encontraría lo que necesitaba. Me dije a mí misma al diablo y no rechacé la oferta al instante. Debía disfrutar lo poco que me quedaba de mi estadía en Hogwarts.
- ¿Seguro que a tus compañeros no les molestará? - pregunté yo, aún teniendo dudas. Abrió la boca para hablar pero no salió ni un sonido de ella. Me indicó que lo esperara un segundo, entonces me di la vuelta para no ver cómo entrar en caso de que se negaran. Luego de unos instantes, volvió.
- No les molesta - afirmó volviendo a la entrada -. ¿Vamos a buscar tus cosas?
Yo sólo asentí con una sonrisa y nos apresuramos con cautela a llegar a mi dormitorio.
Ya habiendo llegado allí, tomé todas las cosas que habíamos enumerado camino allá: cepillo de dientes, pijamas, mi uniforme en caso de que me quedara dormida al día siguiente y lo que podría llegar a necesitar en las clases venideras, aunque ya no me importaban mucho. Ya no tenía la fuerza como para enfocarme en ellas.
Al ver la botella de Whiskey de Fuego en mi baúl no pude evitar la tentación y con una sonrisa en el rostro, la metí en mi mochila.
Cuando volvimos a la entrada de la Sala Común de las águilas, Eugene me retó a que adivinara la contraseña. Al tocar el aldaba en forma de águila, ésta habló:
- Cuando multiplico 10 x 10, obtengo el número 30. ¿Cómo es posible? - enunció con voz gruesa. Me lo pensé unos segundos y cuando finalmente tuve la respuesta, sonreí satisfecha.
- La x funciona como número romano; xxx es igual a treinta.
Sin decir más, el águila se quedó inmóvil y abrió la puerta para nosotros. Apenas entramos, se podía sentir la fresca brisa de verano en la piel y se podía apreciar perfectamente las estrellas en las ventanas arqueadas de la circular habitación. El piso estaba decorado con una alfombra llena de estrellas al igual que la decoración del techo y de las ventanas colgaban cortinas color bronce y azul.
Mesas, un diván y sillas azules llenaban la sala y una estatua de mármol blanco de Rowena Ravenclaw se alzaba junto a la puerta que conducía a los dormitorios. También tenían una biblioteca con una basta cantidad de textos ubicada en un nicho de la habitación. Era realmente hermosa.
- Parece que te gusta - comentó Eugene con una sonrisa. Pronto se alteró -. La Sala Común. Parece que te gusta la Sala Común.
- Ese comentario no habría sonado pervertido si tan sólo no lo hubieras aclarado - le dije yo y él se sonrojó muchísimo más que antes, provocando mi risa. Se veía muy tierno ruborizado.
Él me condujo hasta los dormitorios después de investigar qué libros tenían y de que Eugene me mostrara de sus favoritos, aunque no hubiera leído todos aún. Era uno de sus objetivos de su último año.
Los dormitorios también estaban decorados con estrellas en el techo y poseían ventanales de gran tamaño por los cuales se podían ver el cielo nocturno y los terrenos de Hogwarts.
Había cinco camas ahí de color azul y cada una tenía doseles del mismo color combinado con bronce nuevamente. Al pie de cada cama había un baúl y había lámparas en las paredes para alumbrar la habitación mejor en la noche. Unos chicos esperaban en fila delante de las camas sin tender, codeándose unos a otros y riendo.
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La hija de Voldemort: Vol. 2
Fiksi PenggemarSEGUNDA PARTE: TERMINADA PRIMERA PARTE: Disponible en el perfil - AVISO: les recomiendo a aquellos que leyeron el primer volumen antes del 01 de junio de 2020 que lo relean porque se hicieron importantes cambios en la trama - Tiempos oscuros azotará...