Deshicimos el conjuro de Bellatrix del cielo con nuestras varitas, aclarando poco a poco la calavera que se alzaba en el cielo. El cuerpo de Dumbledore yacía sin vida cerca de la entrada principal. Harry se acercó más que nadie y no pudo evitar sollozar mientras Ginny estaba a su lado. Nos fuimos de allí en silencio.
En la Sala Común, aún cuando a muchos no les agradara Dumbledore, casi nadie se dirigía la palabra. No me quedé a socializar con mis compañeros y simplemente fui a la cama. Lo único que me acompañaba en la noche era el sonido del agua del lago y esa tranquilidad y hasta gusto de haber terminado con ese maldito año. Lo habíamos logrado; logramos tener una razón más para no ser botados por mi padre. Draco y yo estábamos a salvo por el momento.
Preparé mi baúl para irme de allí lo antes posible sintiendo que algo faltaba. Sonreí con amargura al notar que la almohada que le prestaba a Alex ya no se encontraba a un lado de mi cama y seguí acomodando mi ropa tratando de ignorar su ausencia.
Un poco antes del desayuno, fui hasta la Sala de Menesteres con mi mochila y tomé la capa de donde la había dejado. El armario ya no se encontraba allí y no pude evitar suspirar. Hogwarts no sería el mismo de antes, y yo había tenido todo que ver. No quería ni imaginarme lo que los niños allí vivirían, lo que Kenzie viviría el año entrante.
No pude evitar pensar que el mundo seguía girando, aún cuando cosas terribles pasaron, pasaban y han de pasar en él. No obstante, el mundo no era el mismo. La guerra había comenzado hacía años ya, pero ahora se sentía aún más palpable que nunca. La guerra estaba demasiado cerca.
El Gran Comedor estaba más silencioso que nunca y aunque McGonagall dijo unas palabras, la partida del director se hacía sentir. Sus palabras hicieron eco en las paredes del comedor y retumbaron en los alumnos de todo el colegio. Estaba segura.
Draco y Snape siendo mortífagos era la noticia del momento, si es que alguien siquiera hablaba.
Ya era hora de irnos. Debía tomar mis cosas y subirlas al tren, y nunca más recorrería esos pasillos, vería partidos de Quidditch o leería en la biblioteca con Eugene. Una época se había acabado, por más corta que hubiera sido, y me apenaba.
Aunque no podía llamar a Hogwarts un hogar, me había sentido más segura allí que en la guarida de mi padre, y eso le daba puntos a favor. Nunca me había sentido completamente segura en ningún lugar. La batalla se daba dentro de sus paredes, sí, pero allí nadie podía tocarme y sentí por unos instantes que podía ser feliz, que podía tener una vida normal.
Luego de tomar mis cosas, me topé con alguien a quien no quería pero debía enfrentar: Hermione. No sabía si darle mis pésames o no y no sabía siquiera si podría, así que me limité a abrazarla solamente. Apenas nos separamos, en silencio, le tendí un sobre con una carta que había escrito para Harry. Ella leyó el nombre en el mismo y me miró confundida.
- ¿No quieres dárselo en persona? - preguntó ella, acomodando un mechón de su cabello. Lamentablemente, Hermione, esto también es parte de un plan pensé yo.
- He quedado con unos amigos para viajar en el tren y ya debo irme - me excusé yo, incómoda. Le rogué que se lo diera ella y finalmente aceptó. Nos deseamos unas buenas vacaciones y cada una se fue por caminos separados, caminos opuestos.
A pesar de haber sido un breve encuentro, sentí la boca seca de los nervios. Respiré el aire fresco del campo de Quidditch que estaba cerca y apoyé mis brazos en la estructura de cemento blanquecino del pasillo. No podía creer que el año ya había acabado. Había pasado tan lento por momentos y tan rápido por otros. Sentía que estaba soñando con los ojos bien abiertos.
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La hija de Voldemort: Vol. 2
FanfictionSEGUNDA PARTE: TERMINADA PRIMERA PARTE: Disponible en el perfil - AVISO: les recomiendo a aquellos que leyeron el primer volumen antes del 01 de junio de 2020 que lo relean porque se hicieron importantes cambios en la trama - Tiempos oscuros azotará...