Luego de algo de lectura conjunta con Eugene, nos dimos cuenta de que ya era la hora del almuerzo al llegar al comedor. Especialmente porque su estómago comenzó a rugir. Caminamos en silencio discutiendo los textos que habíamos leído hasta las puertas de los tantos lugares del castillo y cada uno se fue a su mesa.
Apenas me senté, noté que Zabini me miraba con una mirada humeante. Qué suerte que las miradas no matan, pensé. El chico estaba furioso e iracundo porque yo no seguía sus ideas puristas y por la vergüenza que Gene y yo lo habíamos hecho pasar al confrontarlo luego de la fiesta de Navidad.
De la nada, apareció Ronald en el comedor. Ya le habían dado el alta al parecer, aunque yo no me enteraba porque evadía al trío de Gryffindors a toda costa y estaba con ellos en la mesa de Gryffindor.
Cada día que pasaba sin verlo temía que no regresara por alguna razón. Sin embargo, apenas lo vi entré en pánico y no pude despegar mi vista del plato. Un sentimiento asfixiante se había apoderado de mi cabeza y sentía un enorme nudo en el estómago. No podía ni siquiera mirarlo.
Draco:
Estaba a punto de decirle a Thea que el armario ya estaba listo cuando, al entrar al comedor, me encontré con los ojos de Katie Bell. Ella se quedó inmóvil y Potter, quien estaba a su lado de espaldas sin que yo lo reconociera, me miró también. Nervioso, acomodé mi corbata y me fui de allí camino al baño de hombres con el paso más veloz que pude.
Nunca quise lastimar a Katie y la culpa me estaba carcomiendo.
Thea:
Jugando con mi comida, miré de reojo para ver si el chico Weasley ya se había ido pero me encontré con que Harry ya no estaba con él y mirando hacia la puerta del comedor, lo vi saliendo a toda prisa afuera. Me levanté lo más rápido que pude y traté de seguirlo, sin mucho éxito. Como iba tan rápido, lo perdí.
No quería entrar en su mente y tampoco podía violar su mente de esa forma: de haberlo hecho, él lo hubiera notado porque es una sensación diferente a la de las conexiones con Voldemort, así que lo tuve que hacer a la vieja usanza. Recorriendo sala tras sala, busqué a Potter discretamente para que, si llegara a estar en alguna de esas, no me viera. No podía encontrarlo y me ponía nerviosa que estuviera haciendo algo que impida el éxito del plan. ¿Qué diablos tramaba?
Harry:
Al ver que Katie se había quedado estupefacta ante Malfoy, lo supe. Cuando se fue del Gran Comedor lo seguí hasta el baño. Él se quitó el sweater nerviosamente y se miró, llorando, frente al espejo con el grifo abierto.
- Sé lo que hiciste, Malfoy - le dije -. Fue una maldición.
Él, sorprendido, me vio desde el reflejo del espejo y luego se dio vuelta para verme cara a cara.
Nos lanzamos hechizos, destruyendo lavabos y uno de los caños del agua. El baño se inundaba.
Cuando tuve la oportunidad, muy cerca de perder en ese duelo, le lancé el primer hechizo que se me vino a la mente: el hechizo para enemigos del libro del Príncipe Mestizo. Ante el impacto, Malfoy cayó al suelo. Siempre me arrepentiré de aquella palabra que salió de mi boca.
Thea:
A punto de irme a otro pasillo, escuché un quejido de dolor y un golpe. Con mi mano izquierda, tomé mi varita y cautelosamente avancé hasta la puerta del baño de hombres.
Había agua empapando el suelo y se escuchaba el llanto de alguien. Con la varita en alto, temblando, me aproximé hasta el origen del llanto. Harry estaba ahí parado, inmóvil, mirando a quien estaba tendido en el suelo. Lo corrí con el brazo para poder ver de quién era el cuerpo del que emanaba sangre: era Malfoy.
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La hija de Voldemort: Vol. 2
ФанфикSEGUNDA PARTE: TERMINADA PRIMERA PARTE: Disponible en el perfil - AVISO: les recomiendo a aquellos que leyeron el primer volumen antes del 01 de junio de 2020 que lo relean porque se hicieron importantes cambios en la trama - Tiempos oscuros azotará...