Dejarse llevar

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Septiembre 2024

El médico las había confirmado lo que en parte esperaban, Amelia no estaba embarazada. Era normal, se habían informado mucho y no era común que el proceso culminase a la primera, bueno y en este caso tampoco a la segunda. Luisita había tenido suerte cuando se quedó embarazada de Lúa a la primera, pero Amelia no había tenido la misma. El trayecto en coche estaba siendo un poco tenso, Luisita no sabía qué decir para consolar a su novia y Amelia pues se sentía culpable, aunque el médico las hubiese repetido un gran número de veces que era lo corriente, no podía evitar entrar en un bucle. Cuando por fin llegaron a casa, Amelia se encerró en el baño mientras que Luisita se quedó al otro lado esperando a que sucediese algo que la indicase que debía pasar.

-          Amelia, cariño – pronunciaba mientras llamaba con cuidado a la puerta - ¿Estás bien? –la única respuesta que recibió fue un sollozo - ¿Me dejas entrar, por favor?

Pasados un par de minutos, con Luisita esperando pacientemente a que le diese paso o por lo menos la contestase algo, el pestillo se desbloqueó, abriéndose así desde dentro un poco la puerta. Luisita se acercó con cautela mientras terminaba de abrirla y se encontraba a Amelia sentada en el suelo llorando. Lo primero que hizo casi como un instinto fue abrazarla y acompañarla, llorando ella también, obviamente intentando que Amelia no lo notase. Luisita sentía que tenía que mantenerse fuerte, por Amelia y por Lúa.

-          Va Amelia, mírame, cariño – pronunciaba con cariño mientras intentaba secar las lágrimas que seguían deslizándose por su mejilla – No ha sido tu culpa, y metete esto en la cabeza.

-          Es que claro Luisita, lo tuyo fue perfecto todo a la primera todo bien siempre bien. Quizás yo no estoy preparada o la vida no quiere que seamos madres otra vez o yo soy gafe, no se Luisita estoy harta de que todo me salga siempre mal, no puedo más.

Luisita se sentía dolida, pero entendía el punto de Amelia. Aunque ninguna de las dos fuese la culpable de esto, Luisita sabía que Amelia intentaba canalizar su frustración de alguna manera.

-          Pero Amelia, no digas eso mi amor. Tú sabes que podemos con todo, y la próxima vez estaré otra vez a tu lado, sujetándote la mano como siempre- decía mientras sujetaba su mano – porque juntas somos más fuertes.

-          ¿No estás enfadada?

-          Como voy a estarlo cariño, no dependía de ti y ya está. Ven levanta que nos vamos a la cama a descansar un poco.

Luisita ayudaba a Amelia a levantarse y le secaba las lágrimas que todavía caían de manera tímida, la acompañó a la habitación, la ayudó a cambiarse y se metió en la cama con ella. Enseguida Amelia buscó el cuerpo de Luisita, necesitaba sentirse protegida, porque ahora se sentía como cuando era niña y no podía más.

-          Si quieres podemos no volverlo a intentar. No pasa nada.

-          Quiero volverlo a intentar, como nos ha dicho el médico en dos semanas podemos volver.

-          Lo que tú quieras, Amelia. Yo solo quiero que tú estés bien, me da igual que no tengamos más hijos, si tú estás feliz, yo estoy feliz.

La morena por primera vez sonrió en toda la mañana. Aunque por dentro estuviese triste también se sentía en una extraña calma. Amelia se acurrucó aún más en el cuerpo de Luisita derramando aún pequeñas lágrimas, mientras ella la acariciaba el pelo y ponía una alarma para ir a recoger a su hija al colegio.

La alarma despertó a Luisita, la cual la apagó rápidamente. Dejando un beso en la frente se separó de Amelia y la escribió una nota indicándola donde estaba por si acaso se despertaba desorientada.

Luimelia One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora