Cumpleaños

1.1K 82 9
                                    


Marzo 2017

Hoy Luisita se había levantado nerviosa, era el cumpleaños de Amelia y era la primera vez que lo iban a pasar como algo más que amigas. Marina, que compartía piso con Amelia, la había prometido que la iba a ayudar a organizar una sorpresa y las iba a dejar el piso libre hasta el día siguiente.

- Marina, ¿entonces a las siete y algo estoy en vuestra casa?

- Sí, yo voy preparando alguna cosa de las que me dijiste y ya está. Amelia sale de trabajar a las nueve y media así que no te preocupes, no se espera para nada la sorpresa – respondía sonriendo antes de bajarse en su parada de metro.

- Eres la mejor amiga del mundo, gracias -gritaba Luisita para que Marina la escuchase desde el andén, ocasionando así que un par de personas la mirasen mal.

Luisita se había intentado organizar todo lo posible para tener el día lo más tranquilo, pero le había coincidido justo el mismo día una exposición de un trabajo de la universidad con el turno de tarde en el bar de su familia. Aunque había podido negociar con su hermana Marisol para que la cubriese desde las seis en el trabajo, lo cual la había costado una de sus camisetas favoritas.

- Mira María tengo un agobio encima -decía mientras su hermana recién la abría la puerta- que justo salgo de casa y mamá diciéndome que Catalina necesitaba ayuda con los deberes, ¿tú te lo puedes creer?

- Bueno Luisi, pero si no son ni las siete. Tienes tiempo todavía. Además, que aquí solo has venido para que te lleve en coche a casa de Amelia, tampoco vas a tirarte aquí toda la tarde.

Mientras Luisita le contaba a su hermana lo nerviosa que estaba, María la iba escuchando mientras terminaba de prepararse. Luisita sabía que a Amelia no la gustaba demasiado el día de su cumpleaños, es más le había insistido en la idea de no querer celebrarlo, pero a Luisita le daba pen que no fuese a soplar las velas y que probablemente se fuese a dormir más pronto que ningún día.

- María, me he arrepentido – susurraba Luisita mientras salía por la puerta.

- ¿Qué dices, Luisi? Aquí no hay arrepentimiento, porque a Amelia le va a encantar – afirmaba María mientras tiraba de Luisita.

- No, María, que yo soy muy poca cosa. Que seguro que en cuanto me vea allí y reflexione se da cuenta de que no soy lo que esperaba.

- Luisita, no vuelvas a decir eso. No te puedes infravalorar así. Tú eres una chica genial, y seguro que eso Amelia lo valora – concluía María mientras la abrazaba.

En el camino a casa de Amelia, María no paraba de intentar sacar conversación, mientras que Luisita iniciaba en su mente una gran reflexión sobre cómo iba a actuar. Amelia y ella no se habían catalogado aún como novias, pero si que habían comenzado una relación más allá de la amistad. Como no habían hablado de compromiso, el miedo de la rubia aumentaba un poco cada vez que hablaban porque quizás para Amelia ella era un simple lío o alguien con quien pasar el rato, y quizás queriendo celebrar de manera íntima su cumpleaños se estaba entrometiendo sin quererlo.

- Bueno Luisi, pues ya hemos llegado. Tú me vas contando por Whatsapp, y cualquier cosa a cualquier hora estoy al otro lado del teléfono.

- Gracias Mery, de verdad.

Antes de llamar al telefonillo respiró tres veces. Había entrado un millón de veces, era como su segunda casa, y de momento solo estaba Marina. Su amiga abrió la puerta sin necesidad de que contestase, así que se giró hacia María y se despidió agitando energéticamente la mano. Luisita no tenía paciencia ni para esperar el ascensor, por lo que decidió subir andando, total solo era un tercer piso.

Luimelia One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora