Halloween

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2028

- Bú

- Ay, Lu, que susto – decía Amelia mientras dejaba el pintalabios rojo en la mesa- ¿de qué vas disfrazada?

- De bailarina muerta. Es que mamá ha dicho que solo bailarina no daba miedo. Además, Manzanilla es mi acompañante para pedir caramelos. ¿A qué mola?

Amelia aprovechó que su hija estaba cerca y la apretujó entre sus brazos. En un parpadeo se había hecho super mayor y aunque a veces le costase reconocerlo era igualita a ella, para lo bueno y para lo malo. Pero también tenía la personalidad de Luisita. Lúa era una mezcla perfecta de las dos.

Mientras Lúa le pedía que le pintase los labios de rojo como ella, Amelia escuchaba a Luisita discutir con Iria y Valeria para que las dos se pusieran sus disfraces. Habían quedado en media hora con Marina, Mateo y Noa para pedir caramelos por todo el barrio, y de momento la única que estaba vestida era Lúa.

- Mami, ¿tú de qué te vas a disfrazar?

- Voy de ángel y mamá de diablo. ¿Qué te parece?

- Mola muchísimo, ¿el próximo año puedo ir yo así?

- Bueno ya veremos – decía Amelia mientras dejaba un beso en el pelo de su hija.

Luisita mientras suplicaba a Valeria que se pusiera el trajecito de fantasma, lo habían elegido ellas mismas así que no entendía el problema para no ponérselo. Toda su atención estaba puesta en explicarle a Valeria que estaba guapísima con ese traje, que era el más bonito del mundo y que se lo iban a pasar genial. Por ello, no se dio cuenta de Amelia apareciendo con el traje de ángel en el salón. Luisita se quedó sin palabras, mientras recorría de arriba abajo con la mirada las piernas de Amelia.

- Luisita, Luisita, ¡te estoy hablando! Te has quedado atontada – reía Amelia mientras cogía a Iria en brazos y la terminaba de peinar.

- Es que Amelia, ¿tú te has visto?

- ¿Voy mal? – preguntaba preocupada.

- Pero Amelia, si tu nunca vas mal. Solo que me he quedado pensando en la suerte que tengo de terminar esta noche contigo en la cama – terminaba de susurrar Luisita en su oído.

- Luisi, las niñas – el tono de la piel de Amelia pasó rápidamente a rojo, mientras negaba sonriendo – Va, vete a cambiarte que vamos a llegar tarde, yo me ocupo de estas dos.

Lúa ayudaba a Luisita con su vestido, aunque haciéndola a la vez un gran número de preguntas por minuto a las que Luisita no encontraba respuesta. Cuando salió ya lista se encontró a Amelia con Iria y Valeria perfectamente vestidas. Mentalmente dio gracias al universo, Amelia tenía siempre la paciencia perfecta y era capaz de negociar para que sus hijas hicieran prácticamente cualquier cosa.

- Poneos ahí para una foto las cuatro – pedía Luisita mientras iba en busca de su móvil y tiraba un par de fotos del momento – Luego le pedimos a Marina que nos haga una a las cinco. ¿Tenéis ya todo?

- Sí – contestaban las tres al unísono.

Al final decidían dejar a Manzanilla en casa tranquilita jugando, porque si llega a ser por Lúa, la pobre perrita se hubiese pasado la noche paseando de un lado a otro siendo manoseada por todo el mundo. Luisita daba la mano a Lúa, mientras que Amelia se la daba a las mellizas. En cuanto se encontraron con Marina y Mateo, las niñas empezaron a pedir moverse e ir a todos los edificios de la zona.

- Va chicas, quedaos abajo que subimos Mateo y yo con ellas a este edificio – decía Marina mientras las guiñaba un ojo.

En cuanto todos desaparecieron, Luisita apoyó a Amelia en la pared más cercana y unió sus labios. Antes de separarse, Amelia agarró el labio de Luisita entre sus dientes haciendo que de su garganta saliese un gemido.

Luimelia One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora