Miedos I

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Mayo 2025

Esta semana era la tercera vez que Luisita se despertaba con pesadillas. No quería decirle nada a Amelia por no asustarla. Quedaban menos de dos semanas para que sus hijas nacieran, pero no podía parar de pensar en que algo podía salir mal. Era un miedo irracional, pero en todas sus pesadillas terminaban con que Amelia moría en el parto. Sabía que eso no iba a pasar, era una de las cosas menos probables que podían pasar en un hospital de Madrid pero el miedo estaba ahí.

Con cuidado se giró a observar a Amelia, que estaba durmiendo en total calma. Dejó un beso en su frente y viendo que eran las 5 de la mañana y no se podría volver a dormir decidió levantarse a la cocina a tomarse una manzanilla y adelantar trabajo. Pasó por la habitación de Lúa y se aseguró que seguía durmiendo con sus peluches.

En la cocina intentó hacer el menor ruido posible, no quería despertar a ninguna de las dos era sábado y demasiado pronto. Mientras se calentaba el agua de la manzanilla, Luisita observaba como las ojeras iban creciendo debajo de sus ojos. Suponía que no dormir por las pesadillas estaba haciendo mella en su aspecto físico.

- Luisi, ¿qué haces? -dijo Amelia somnolienta detrás de ella – son las cinco de la mañana.

- Ay, Amelia que me has asustado. No podía dormir y me he venido a trabajar. ¿Y tú que haces despierta? Tienes que dormir – pronunciaba bajito mientras colocaba un mechón detrás de su oreja.

- Es que me he girado no estabas y me he asustado. Ven vamos a la cama – decía tirando con cuidado de la mano de Luisita.

- Amelia, ya no me voy a dormir, es tontería.

- A ti te pasa algo – concluía mientras miraba sus orejas y las acariciaba con cuidado- ¿estás bien?

- Si, no te preocupes. Anda ve a dormir, que yo te despierto para que desayunemos juntas.

- Si tú no vienes yo no quiero ir a dormir.

Amelia se acurrucó en el sofá al lado de Luisita, intentando estar en una postura lo más cómoda posible teniendo en cuenta su barriga. A su vez acariciaba con cuidado el brazo de Luisita, notaba que estaba nerviosa, pero no lograba entender muy bien el motivo.

- Amelia, cariño vete a dormir a la cama. Que aquí estás incómoda.

- Cuéntame que te pasa y así vamos las dos – comenzaba a negociar a ver si así se lo contaba.

- Es una tontería – susurró Luisita, como si fuese una niña que había hecho algo mal- no quiero que te preocupes.

- Pues si es una tontería seguro que entre las dos lo arreglamos rápido – continuaba Amelia intentando sonar lo más comprensiva posible, a la vez que sujetaba su mano.

- Tengo pesadillas. Como si fuese una niña pequeña. Sueño desde hace semanas con cosas que pueden ocurrir malas, con que te pase algo en el parto, le pase algo a las niñas. Tengo miedo Amelia – comenzaba a pronunciar rápidamente mientras las lágrimas caían – me da miedo que os pase algo.

- Ven aquí cariño. Todo está bien – decía Amelia mientras acunaba a Luisita entre sus brazos – y va a salir bien.

- Te quiero muchísimo. Si se que tienes razón, no ha pasado nada en nueve meses no va a pasar ahora, pero y si

- Y si nada – concluyó Amelia - Todo está bien, y va a seguir así. Ahora vamos las dos a dormir que tus ojeras van a terminar llegando al suelo.

- Oye – contestaba Luisita riendo mientras la golpeaba con cariño en el brazo – pero si tu tienes las mismas.

- Pues eso, vamos a dormir las dos antes de que se despierte Lu – contestaba aun riendo.

Luimelia One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora