Capítulo 41

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Nota del traductor:

¡Hola de nuevo! Como prometido acá va un nuevo capítulo que espero que disfruten.

Muchas, muchas, muchísimas gracias a tods aquells que comentaron el capítulo anterior, en serio no esperaba que quisieran que siguiera con la historia luego de aquél tiempo y sus mensajes fueron bastante alentadores. ¡Gracias de nuevo!

Ahora sí, dejando de lado ese momento emotivo y cursi de su traductora nos vamos al capítulo.

¡Disfruten!

Tú y nos enamoraremos (Capítulo 41)

Cuando el vuelo a Japón hubo terminado, USA sentía cómo el tiempo volvía a avanzar más rápido mientras luchaba por ir a través de las calles repletas de gente de Tokio, exhausto y alterado. Demasiado pronto para su gusto se encontró parado en frente de la casa de Kiku y frunciendo el ceño a las puertas por un momento, decidió finalmente tocar la madera con fuerza. Nadie respondió. Mientras el ceño del muchacho se hacía más profundo, volvió a tocar. Todavía nadie respondía.

Gruñendo con irritación, USA intentó abrir una de las puertas, la cual cedió con facilidad y entró a la casa. La estancia permanecía tranquila mientras él se adentraba más al recinto, hasta que sintió que algo le rozaba la pierna y miró hacia abajo: los ojos de Tama se dilataron a ranuras mientras lo miraba y le maullaba. Sonriendo ligeramente, USA se inclinó y levantó al gato, acunándolo en sus brazos, mientras acariciaba su mentón.

"Hey, Tama. ¿Está tu maestro?" – le preguntó al gato con un tono parecido a la solemnidad.

Con otro maullido, Tama comenzó a luchar por zafarse del abrazo del muchacho, el cual lo dejó saltar hasta el piso y terminó por trotar todo el pasillo más dentro de la casa. USA lo siguió todo el camino hasta la habitación de Japón, la cual estaba cerrada y el gato comenzó a rascar la puerta con un maullido impaciente que quería dar a saber qué tan insensible era su dueño por dejarlo fuera.

Bingo. USA llegó a la puerta y llamó. Otra vez no hubo respuesta. Sintiéndose bastante impaciente e irritado, el muchacho abrió la puerta del cuarto, dejando que el gato entrara como un rayo en ella e inmediatamente se acurrucara al pie de la cama con un bostezo.

La cama en sí estaba vacía, sin embargo, a su lado había un tatami dispuesto en el piso y se podía observar el bulto de una figura escondida debajo de él. Suspirando, USA se acercó al ahora tembloroso bulto y se agachó a su lado, preguntándose por cuánto tiempo Japón habría estado en esa posición.

"Puedo verte, ¿sabes?" – La figura se puso rígida, pero no hizo nada más, haciendo que la rabia volviera a llegar a él. – "¡Ya deja de hacer eso! No me voy a ir hasta que hablemos y no estoy de humor para andar jugando."

Luego de una larga pausa Japón finalmente movió la manta de su cabeza y comenzó a sentarse frente a él sin mirar a USA a los ojos.

"Bienvenido, América-san."

"No comiences con esa mierda, Kiku," – le respondió USA resoplando. – "¿Qué demonios, hombre? ¿Cómo pudiste enviar a Bielorrusia a mi casa? Ella causó bastantes daños y en verdad no aprecio eso. ¿En qué estabas siquiera pensando? Si es que lo estabas haciendo."

"Yo..." - Japón bajó la cabeza, – "solamente estaba intentando ayudarte, América-san."

"¿Ayudarme a qué, a ser rebanado en tiras?" – Le espetó el muchacho, lanzándole una mirada furiosa. – "¿Cómo se supone que eso sea de alguna ayuda?"

"...Perdóname por hablar sin que se me haya pedido pero..." - las cejas de Japón formaron un leve fruncimiento – "¡Estás cometiendo un terrible error, América-san! Simplemente estaba intentando asistirte a remover el problema, fue completamente para tu interés."

Tu Y Yo Nos EnamoraremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora