Capítulo 44

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"L-Lo siento ¡He dicho que lo siento!" – sollozó Francia, mientras Rusia presionaba un girasol cerca de su rostro. – "No quise hacer nada malo. ¡Por favor perdóname! Juro que..."

"¡Creo que no hay suficiente sinceridad en tu voz!" – Le interrumpió Rusia, con voz animada. – "Dilo una vez más con mayor sentimiento, o sino experimentarás el frío de nuevo."

"¡N-non, por favor, ya no más!" – Se apresuró a replicar Francia, agitando la cabeza en negativa y sintiendo un escalofrío bajar por su espalda - "¡Me disculpo desde el fondo de mi corazón, ya no más! ¡Yo... yo no quise ofenderte... ni a los girasoles! Yo solamente estaba jugando con América. Eso es lo que usualmente hacemos, nos damos el uno al otro un mal momento, ¿Ves? ¡No estaba dirigido a nadie más!"

"Tal vez deberías dejarme el jugar con Alfred a mí, no me gusta compartir el privilegio. ¿Qué te parece si les sirves otra disculpa? Creo que aún no te han perdonado." – Rusia le lanzó una sonrisa sin humor al francés y una vez más empujó el girasol al rostro del mayor.

"E-e-enanos..." – Logró mascullar Francia al borde del colapso nervioso.

"..." - ¿Enanos? Si Francia estaba a punto de hacer una broma acerca de los enanos de Pedro*, era hombre muerto - "¿Qué hay con los enanos?"

"L-l-las variedades enanas..." - comenzó Francia, alcanzando con una mano temblorosa uno de los pétalos del girasol y despegándolo delicadamente. – "...Las variedades enanas de los girasoles simbolizan adoración." – Luego de haber terminado, Francia se encogió esperando más castigo por haber hablado sin permiso acerca de los preciados girasoles de Rusia. Sin embargo, este solamente miró la flor que tenía en la mano, pensativo.

"¿Adoración?"

"¡O-oui! ¡Los girasoles son en verdad flores bastante maravillosas! Justo como el amor, la discreción puede a veces transmitir el doble de los sentimientos, ¿ves?" – Francia esperaba más allá de la fe que fuera suficiente para Rusia, simplemente se quebraría si tuviera que soportar otra ronda de invierno ruso.

"Adoración... ya veo, sabía que eran una buena elección. Oh, en verdad me gustan los grandes, pero los pequeños son tiernos." – Y después de todo, había estado pensando en que era tiempo de darle más flores a Alfred. Rusia dejó libre a Francia, mientras consideraba el girasol que tenía en las manos.

Tan aliviado, que estaba casi a punto de llorar, Francia se apresuró en poner más espacio entre ellos y finalmente chocó contra una pared. Él presionó su espalda al concreto tanto como pudo, como si de repente fuera a obtener la habilidad para moverse a través de las paredes.

"En ese caso, iré a conseguir unos para Alfred." – Le informó Rusia, mientras se levantaba sacudiéndose la ropa y dejando a un lado el girasol con delicadeza. – "Fue divertido hablar contigo, Francia. La próxima vez recuerda la importancia de los modales, ¿da?"

"¡Oh, o-oui, nunca lo olvidaré!" – Exclamó Francia, asintiendo más que animadamente y desesperado por mantenerse a salvo de la ira de Rusia.

De alguna forma Iván dudaba que el francés mantuviera su palabra, pero mientras recordara ser educado en su presencia, entonces lo dejaría en relativa paz.

"Adiós, por favor, discúlpame con esa otra persona si llega con Alfred y yo no estoy aquí."

Con eso, ajustó su bufanda y dejó el recinto para adentrarse en un viaje en busca de girasoles enanos. Mientras el otro dejaba la casa, Francia se permitió suspirar aliviado y temblorosamente sacó su teléfono. Quería salir de ese horrible lugar y permanecer alejado del insistente frío tan rápido como pudiera.

Tu Y Yo Nos EnamoraremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora