Capítulo 11

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Tú y yo nos enamoraremos (Capítulo 11)

El muchacho observaba cómo Rusia iba y venía desde la sala hasta la cocina una y otra vez, cambiando el agua de los arreglos de girasol y expresándose bastante animado todo el tiempo. USA no podía creerlo, si hubiera sido él el que tuviera que hacer eso (no es que pondría tanto esfuerzo en unas flores que iban a morir pronto de todas formas), ciertamente no lo haría precisamente con una sonrisa. Y aún así, el ruso no hizo otra cosa que sonreír, de modo que parecía que se estaba divirtiendo tanto como parecía.

Mientras observaba al hombre, había intentado pensar en diferentes formas de hacer que se marchara una vez hubiera terminado, él ni siquiera quería hablar con Rusia del clima, mucho menos de sus "sentimientos". Ugh, qué lamentable.

Al comienzo, los planes eran justamente verosímiles, excusas como el tener una junta con su jefe o cosas parecidas. Pero mientras más pensaba en ellas, mas fuera de control se volvían, hasta que cayeron cerca de la línea de criaturas con forma de piñas que ascendieron del centro de la tierra y que fueron un producto de los derrames nucleares y amas de casa despistadas, para el momento en que Rusia había terminado. El eslavo ladeó la cabeza, mientras miraba el rostro introspectivo de USA y con una sonrisa divertida se sentó a su lado en el mueble, tomando su mano.

"¡Alfred! ¡He terminado!"

"¡Si no las detengo, van a hacer ácidos todos nuestros océanos!" - exclamó el muchacho sobresaltado e intentando separarse de él.

"¿Juh?" - Rusia lo miró con el rostro en blanco.

"Quiero decir" - luego de una pausa, USA se aclaró la garganta, intentando recuperar su mano capturada - "acabo de recordar que tengo que ir a atender algo terriblemente urgente."

"Oh ¿en serio? Bueno, simplemente va a tener que esperar un poco más" - dijo enlazando sus dedos con los de Alfred y apretando lo más fuerte que se podía sin romper nada.

"¡Auch! ¡Suéltame!" - exclamó USA golpeándolo en el brazo.

"Lo haré si compartes tan siquiera un pequeño momento conmigo" - Rusia ni siquiera se inmutó por el golpe.

"¡Bien, suéltame!" - replicó el muchacho haciendo una mueca de dolor.

"Así que, ahora que tienes un tiempo..." - Rusia disminuyó la fuerza del apretón sin dejar de mantener sus dedos entrelazados - "me estaba... me estaba preguntando si tal vez habías entendido aunque sea un poco lo que intenté decirte el otro día."

"No" - Luchando un poco, el muchacho finalmente pudo liberar su mano y le dio la espalda - "ahí, ya hablamos... ahora lárgate."

"Ni siquiera pensaste en ello ¿no es así?" - Rusia había aprovechado esta oportunidad para frotarse el brazo sin que lo observara el joven, ese golpe le había dolido un poco, sin duda tendría otro moretón de su adorable Alfred.

"¿Por qué debería?" - bufó el muchacho - "¡No es como si me importara que tuvieras una crisis existencial!"

"Aw, nunca aclaré que era eso lo que tenía" - Rusia de repente se tiró encima de USA, con sus brazos alrededor del torso del muchacho - "el hecho de que llegaras a esa conclusión, prueba que sí estabas pensando en ello. ¡Qué dulce de tu parte, Alfred!"

"¡Hey, detente fenómeno!" - maldición, Rusia era demasiado pesado como para soportarlo en su espalda - "¡bájate! ¡Y-yo no pensé en ello! ¡Ni siquiera un poco, se me acaba de ocurrir eso en este momento!"

"Italia tiene razón" - dijo Rusia con una risita - "eres tan tímido. Es adorable." - de repente USA sintió unos labios presionados en su nuca.

"¡WHOA! ¡Hey, detente!" - lanzando todo su peso hacia delante rompió el abrazo de Rusia, cayendo de rodillas al suelo y con un rápido giro, se volteó a mirar al hombre, echando chispas - "¿Y por qué demonios está hablando sobre mi Italia?"

Tu Y Yo Nos EnamoraremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora