Capítulo 8

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Tú y yo nos enamoraremos (Capítulo 8)

Rusia se encontraba sentado en el borde del sillón, mirando la forma todavía inconsciente de USA. Su cara estaba mucho más calmada de lo que él había visto nunca, no pudo evitar trazar un camino con sus dedos por las mejillas y los labios del muchacho. Finalmente sus dedos formaron un gancho en el puente de los anteojos de USA y los sacó cuidadosamente de su rostro; no servirían si se astillaran o se quebraran en fragmentos.

Después de todo, todavía había una parte de él que no anhelaba hacer otra cosa que tomar dichos fragmentos de cristal rotos y frotarlos contra los ojos del muchacho. Ah, pero él tenía que controlar esa parte, que era la faceta que no quería escuchar, ya que si iba a lograr que USA se enamorara de él, tenía que hacerlo correctamente.

"Tienes suerte ¿da?" – dijo sonriendo a Alfred.

El silencio se estaba prolongando, haciendo que Rusia se sintiera un poco ansioso. Usualmente le estaría haciendo algo al cuerpo, ya que raramente tenía que esperar a que alguien despertara. Le echó un vistazo a USA y lentamente extendió su mano, hasta que alcanzó su cabello, era agradablemente suave; Rusia permitió que sus dedos descansaran en las hebras doradas, hasta que se dio cuenta de lo que hacía y que le hacía sentir tímido, de modo que alejó los dedos rápidamente y comenzó a caminar por el apartamento inquieto.

No había sido completamente necesario el sacar a USA de su casa, pero le pareció una buena idea confrontarlo en un espacio igualado; el muchacho tendría una gran ventaja encima de él si las cosas de algún modo se fueran a salir de control en su propia casa, no es que él esperaba eso. De todas formas, no quería ni estar cerca de tener la oportunidad de enfrentar la cortina de fuego proveniente de la colección de armas que estaba más que seguro que el joven poseía en alguna parte de su casa. No, este lugar estaba bien.

Ahora, ¿Cómo debía llevar la discusión con Alfred? Todavía no estaba preparado para mostrarse vulnerable ante una persona a la que consideraba mayormente su enemigo, tal vez era momento para llamar de nuevo a Italia.

Rusia golpeaba el suelo impacientemente con su bota, mientras esperaba que el otro país contestara la llamada, con el nivel de ansiedad ascendiendo por cada tono que pasaba sin responder. ¿Qué se supone que iba a hacer si Italia no respondía su llamada?

"¡Ciao, Rusia!" – finalmente pudo sentir alivio cuando escuchó la voz animada del otro - "¿Cómo estás?"

"He tenido un día un poco difícil, pero han habido muchos peores. Quería pedirte otro consejo."

"¿Eh? ¿Ya? Bueno, adelante. ¡Haré lo que pueda para ayudar!"

"Alfred y yo estamos teniendo... ¿Cómo es que lo llaman...? Una conversación de corazón a corazón" – comenzó Rusia estando frente a USA, buscando signos de vida - "¿Qué debo hacer?"

"Mmm..." - Italia parecía estar pensándolo profundamente – "lo tomaré como que es una conversación importante entonces. Bueno, intenta mantener la charla en un ambiente relajado cenando mientras hablan, intenta hacer algo que sepas que a él le guste. ¡Yo optaría por pasta! Pero no sé qué tanto pueda gustarle a Alfred" – Rusia se dirigió hasta la cocina para ver qué había para comer.

"También hay cosas que teóricamente tengo que decirle, pero en verdad no sé cómo hacerlo..."

"Bueno, es sencillo. ¡Simplemente sé tan honesto y abierto como puedas ser!"

"En verdad no quiero hablar al respecto."

"¡La comunicación es muy importante en una relación!" – la voz de Italia había optado un tono ligeramente de regaño – "cada vez que tengo miedo de algo, voy hasta la persona y le pregunto, eso me hace sentir mejor; puede que sea difícil, pero si es importante tienes que hacerlo. Solo comienza con cosas pequeñas y luego hazte el camino para decirle. ¡Sé que puedes hacerlo, Rusia! Haz soportado bastante después de todo ¿no? Hablar con América debe ser fácil en comparación." – Rusia no estaba tan seguro de eso.

Tu Y Yo Nos EnamoraremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora