EPÍLOGO.

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17/08/2013

Dear diary,

Oh querido diario. Dejé de escribir hace años, siempre escribía cuando me sentía sola y desde que estoy con Finn, nunca me volví a sentir así.

En estos tres años han pasado cosas enormes, me mudé a Stamford 100% y he pasado mucho tiempo con mis amigos. Me hice profesora de lenguas en un colegio de la ciudad y mi mamá, Karim y mi hermana vinieron a vivir de nuevo a Stamford. Casi todo se siente como antes.

Hace año y medio se arreglaron las cosas con Chloe, habíamos madurado más y nos sentíamos listas para hablar y perdonar, en especial yo. De igual manera nunca le volví a tener la misma confianza, eso seguía en un "ya veremos". Estaba toda la pandilla junta después de quince años.

Con Finn las cosas iban de maravilla, claro que en estos años llegábamos a tener altibajos como toda relación, no podía ser todo tan perfecto, la diferencia es que podíamos con todo, arreglamos cada problema y evolucionamos como personas.

Hace unos meses Finn me invitó a salir, fuimos de viaje a una playa y nos subimos a un yate a navegar. Ahí había una cena romántica, cuando terminamos de comer el sonrió con nostalgia.

-¿Recuerdas cuando me pediste ser tu novio primero?

Sonreí recordando mi acto de hacía unos años atrás y asentí.

-Claro que lo recuerdo, también recuerdo como me hiciste pensar que todo era una broma horrible de tu parte.

Nos reímos un rato.

-Ese día prometí, serte fiel y lo he cumplido con felicidad, te prometí estar contigo en la buenas y en las malas y lo he cumplido con orgullo, también prometí hacerte feliz y he dado lo mejor de mi para cumplirlo. Quiero que esas promesas perduren toda nuestra vida, Rae, quiero formar una familia contigo, quiero que seas la madre de mis hijos, me siento feliz contigo, me siento dichoso de estar con alguien tan jodidamente perfecta como tú, por eso y porque eres la mujer más hermosa, agradable, divertida, amorosa, gentil y comprensiva que he conocido, es que te pregunto... -se hincó ante mi como hacía tres años atrás y sacó una cajita nueva, la abrió y dejó ver un anillo con diamantes incrustados, era hermoso, era perfecto, mis ojos comenzaron a aguarse de la emoción y sonreí. -Rae Earl, ¿Quieres ser mi esposa?

Asentí con felicidad y él me puso el anillo en el dedo, nos besamos y seguimos con el mágico paseo en yate.

Al día siguiente le comentamos a todos nuestros amigos de nuestro compromiso y todos se pusieron felices. Izzy me abrazó y comenzó a decirme todo lo que ser una esposa conllevaba, me dijo que antes de todo debíamos ser un equipo, antes de discutir quien tenía la razón, quien estaba equivocado o de quien era la culpa, debíamos apoyarnos puesto que el amor tenía que estar ante todo, al dar ese paso nos comprometíamos a ser unas personas maduras capaces de llevar a cabo una relación, vivir juntos y estar todo el día juntos no era lo mismo. Habría problemas pero todo se arreglaría porque el amor siempre tenía que estar primero.

Hace una semana fue mi despedida de soltera, la pasé de lo mejor con mis amigas mientras que los chicos la pasaban de lo mejor juntos, porque Finn y yo confiábamos ciegamente en nosotros, le tenia tanta confianza que el podía salir con sus amigos y yo no estaría sobre el todo el tiempo y viceversa.

Ahora mismo estoy viéndome en el espejo, llevo un vestido blanco precioso, con detalles sutiles en los hombros, ceñido por la cintura con caída libre y elegante hacia mis pies, llevo un velo blanco y mi maquillaje hace que luzca como una princesa.

-Ya es hora, Rae. -me dice Izzy mientras hecho una última mirada al espejo y termino de escribir esto.

Siento fielmente que este será mi último diario. El último trazo de mis problemas.
Estoy verdaderamente feliz, veo por la ventana la figura de Finn mientras que le sonríe a los invitados.

Este es el final del diario pero no de mi historia. Bien, creo que estoy lista para casarme con el amor de mi vida.

Con amor, Rachel Earl.

My last diary.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora