Seninen Taivas: El Rey Dragón (EN PROCESO)

Capítulo XIV - Alquimia básica

La noche anterior había demasiado que asimilar como para ponerse con lo que pensaba hacer, así que decidió darle al cuerpo el descanso nocturno que le pedía, aunque cuando despuntó el alba se había pasado mitad de la noche a duermevela por lo que su cuerpo seguía algo cansado y su mente no había despertado por completo.

Bostezo mientras se ponía en pié y buscaba sus ropas que anoche había tirado sin mirar siquiera dónde caían, se estiró mientras bostezaba de nuevo y fue hasta la puerta de la casa para atrancarla, no quería visitas inoportunas. Volvió al cuarto y desplazó la cama hasta el otro extremo, empujó el armario hasta colocarlo en la posición que ocupaba antes el camastro junto a la cama, y quedó a la vista una estrecha trampilla bajo el armario, se podía descender sin muchos problemas por la escalerilla bajo la trampilla siendo algo delgado, si no, lo más probable era atascarse o no caber, por suerte Belenus había hecho el pasaje a su medida.

Descendió hacia las sombras durante un minuto o dos hasta llegar al sótano que solo él conocía. Allí, fuera de las curiosas miradas del resto de habitantes de Talorian, Belenus ocultaba un pequeño almacén y taller, con una gran cantidad de frascos y botellas con líquidos que solo él podía identificar a simple vista, otros en cambio contenían diversas plantas las cuales tenían su propia estantería en la que Belenus los había organizado y etiquetado, junto con un libro que estaba colocado más o menos en el centro de la estantería, una recopilación de las plantas que conocía, su función y un dibujo de cada una hecha por el mismo.

Se sentó frente al escritorio donde realizaba la mayoría de sus preparados, y pensó en que necesitaría si debía de superar alguna clase de prueba. Alargó la mano hacia un cuaderno cercano donde anotaba todas sus recetas y echó un ojo al índice, lo primero en lo que posó su mirada fue en venenos paralizantes y somníferos, luego recordó que en la sección de "otras funciones" tenía la receta de un preparado que eliminaba completamente el olor de quien lo usaba, sería útil si tenía que acechar a alguien, y a su lado vió la receta de un brebaje, aún sin perfeccionar, que podía mejorar su visión en la oscuridad. Esos eran los que principalmente necesitaría, quizás algún aceite para mantener sus dagas en buen estado también le favorecería. Belenus se levantó y revisó si tenía ya preparada alguna de las recetas que había elegido, sería trabajo ahorrado al fin y al cabo.

Revisó la tercera estantería donde se organizaban los brebajes y artículos terminados, en la primera estaban los ingredientes y en la segunda las plantas. Tras examinar la estantería encontró el brebaje que eliminaba el olor, había suficiente para media docena de usos, no necesitaba más por ahora, también encontró una botella de buen tamaño con cinco pequeños frascos en su interior que contenían un líquido amarillo semitransparente, el aceite, protegería sus dagas de los problemas que pudiera causar el tiempo, y ayudaría también a que no se le pegaran líquidos si no que simplemente resbalarían por la hoja y caerían, ya fuera sangre, grasa, aceite...Abrió uno de los cajones y cogió uno un pequeño saquillo que contenía unas pequeñas esferas del tamaño aproximado de un pulgar y con un fino hilo de cuerda saliendo de un extremo.Solo necesitaba preparar el veneno paralizante, sería sencillo, por lo cual se puso inmediatamente a trabajar en ello.

Una vez terminó el veneno, lo embotelló y se quitó los guantes de cuero que usaba para protegerse las manos de los líquidos que solía manipular y guardó un poco en un saquillo que en su momento se colgaría del cinturón si le tocaba a él realizar la prueba. Pensó un segundo en si tenía algún pedido pendiente de realizar o entregar, y revisó la lista que tenía colgada en la pared junto a al entrada, pero no había nada pendiente por lo que pasó el resto de la mañana entrenando en el lanzamiento de sus dagas, su manejo de éstas y un nuevo truco con estas que estaba desarrollando.