Fractura

197 24 41
                                    


Doble actualización (2/2)

CAPÍTULO DIEZ:

En un acto repentino y fugaz, Odette sale de la cocina con su celular pegado a su oreja y con gesto sorprendido, pero sin perder su esencia, pues tiene a su madre delante que puede percibir si miente o no. Mi hermana y yo nos damos una mirada fugaz y volvemos la vista hacia ellas.

—Oh, buenas noches, señora.

Guarda su celular y se acerca a las dos mujeres. Kiera se levanta de su asiento y le da un beso en la mejilla a Odette.

—Buenas noches.

—¿Odette? ¿Qué haces aquí? —pregunta su madre—Pensé que estarías en tu habitación.

—Tengo un trabajo con Indira Belfrey, la conociste hace un tiempo.

—Claro.

—La estoy llamando porque tenía que preguntarle algo, pero no responde, seguramente porque no me tiene agregada y no contesta a números desconocidos.

—Entonces este celular debe ser suyo —dice mi madrastra mostrando mi teléfono—. Tal vez lo olvidó en mi cartera.

—Tal vez —la muchacha sonríe y le quita mi teléfono con cuidado.

—Voy a agendar mi número —se justifica al mismo tiempo que manipula mi celular, y continúa con la conversación—. Antes me dijo que también quería venir, seguramente, por ello dejó su celular en su cartera.

—Ella no sabía que venía aquí —se delata la rubia, pero sirve como trampa para Odette.

—Mierda —suelta Vera en tono bajo.

—Mierda —digo al mismo tiempo.

Odette sonríe con innata perversidad.

—Escuché a mi madre hablar por teléfono con usted, fui yo quien le contó a Indira, pensé que ya lo sabía.

—Oh, eso tiene sentido, no te preocupes.

—¿Por qué no le dijo que venía aquí? —arremete con una pregunta.

Largos segundos pasan hasta que recién recibe una respuesta.

—Su cumpleaños ha pasado hace unos días, queríamos hacerle una sorpresa.

—¿Cumpleaños?

La conversación está yendo por un camino que es el incorrecto, un camino a base de mentiras, por supuesto.

—¿Sorpresa? Eso es absurdo, está mintiendo —asevera mi hermana, luego me mira—. Está mintiendo abiertamente.

Observo a Kiera.

—Sí, está mintiendo.

Y Odette lo sospecha, por ello cambia de conversación.

—De todos modos, madre, ¿desde cuándo son tan unidas? —hunde sus cejas denotando extrañeza.

La señora Eva balbucea.

—Lo siento si soy entrometida —Odette gira hacia Kiera—. Verá, señora, mi madre no es muy buena entablando amistades con las personas de por aquí, por eso mi desconfianza —mientras que su actitud muestra desdén, está bien camuflado por el tono amable de su voz—. Pero viendo que se llevan bien, pues me alegro por ella.

Le entrega nuevamente el celular.

—Iré a descansar, cuando vea a Indira dígale que necesito su parte del trabajo. Buenas noches.

Líbranos del mal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora